Aparece en A Illa un saco lleno de pellets de resina que riegan el litoral de Barbanza

Fue localizado por un vecino que alertó al 112, siendo retirado por efectivos de Gardacostas

Es una auténtica amenaza para las playas

El saco fue recogido en una de las playas de Niño do Corvo, en A Illa.

El saco fue recogido en una de las playas de Niño do Corvo, en A Illa. / a. g.

a. g.

Ha sido tan solo un saco que, afortunadamente, no se ha roto desperdigando su carga, pero su aparición ha puesto en alerta a todas las cofradías de la ría de Arousa, que temen que sus playas se llenen de los pellets de resina que han inundado los arenales desde Ribeira hasta Muros. El saco lleno de estas bolitas de plástico apareció ayer en una de las playas de Niño de Corvo, próxima al Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa), uno de los arenales que miran hacia la desembocadura de la ría de Arousa.

Se sospecha que pudo llegar hasta esa zona impulsada por las corrientes y por los fuertes vientos del suroeste que se han registrado durante el último temporal. El saco fue localizado por un vecino que alertó de forma inmediata al 112, movilizando este servicio a efectivos de la Policía Local de A Illa y de Gardacostas. Fueron estos últimos los que recogieron el saco. Además, durante más de una hora estuvieron buscando otros restos, tanto en la zona de Niño do Corvo como en Carreirón, en aquellas playas donde suelen llegar restos desde la bocana de la ría de Arousa arrastradas por los temporales. Por el momento, no existe constancia de que apareciesen más restos de este tipo.

El saco tiene en su interior una especie de bolitas suaves al tacto y con un olor similar al de la gasolina, que se utilizan para crear productos de plástico y que están elaboradas a partir de diferentes productos químicos, convirtiéndose en un elemento muy contaminante y, sobre todo, difícil de eliminar. Proceden de uno de los contenedores que un barco perdió a principios de diciembre a la altura de Viana do Castelo y el gran problema es que los sacos se están rompiendo con el oleaje y al chocar con las piedras de la costa, provocando que millones de estas pequeñas bolas cubran los arenales.

Lo saben bien desde Ribeira a Muros, donde se han encontrado con que todas estas bolas cubrían sus playas, se mezclaban con las algas y la arena, convirtiéndose en un verdadero problema medioambiental. Esto ha ocurrido en playas como la de Area Maior en Monte Louro, en As Furnas y Boca do Río en Porto do Son o en la de Espiñeirido en Ribeira. La aparición de este saco en A Illa es la primera constancia que se tiene en la ría de Arousa de su presencia, pero se teme que pueda haber más vestigios en los próximos días.

La empresa propietaria de los sacos, Bedeko Europe, empresa distribuidora de productos químicos con sede en Polonia, ha mostrado su disposición a hacerse cargo de las tareas de limpieza de los arenales afectados por el vertido y ha establecido ya contacto con los municipios afectados en Barbanza y la ría de Muros a través de la Delegación del Gobierno.

Por su parte, la Asociación para a Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega) insta a la Xunta y a Costas a activar, de forma urgente, el Plan de Continxencias por Contaminación Mariña Accidental ante la aparición de estos microplásticos en la costa. Desde el colectivo ecologista lamentan la lentitud con la que está actuando la administración, ya que las primeras alertas de la llegada de estos residuos tuvo lugar el pasado 15 de diciembre y “no se está haciendo nada para controlarlo, detectar los puntos de contaminación o proceder a la retirada de los microplásticos”.

Alertan de que estos residuos, de no ser eliminados en las playas, “pueden acabar por formar parte de la cadena trófica o alimentaria, ingeridos por la fauna marina, además de suponer una nueva agresión contaminante sobre el litoral y toda la biodiversidad costera”.

La situación recuerda a lo ocurrido hace aproximadamente un año, cuando un barco tuvo una avería a la altura de Ons, dejando atrás una gran cantidad de fuel que acabó entrando en la ría de Arousa y dañando varias playas en A Illa y en A Pobra do Caramiñal. Aquel barco acabó siendo sancionado con 250.000 euros tras permanecer retenido en el muelle de Vigo durante varios días.

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