Entrevista |

"Tengo fama de ser una persona gris, pero dejo uno de los Ayuntamientos más saneados de la comarca"

Después de 32 años al servicio del Ayuntamiento de Meaño inicia una nueva etapa en la Diputación de Pontevedra

Teresa Escudero, a la salida del
pleno municipal.   | // FARO

Teresa Escudero, a la salida del pleno municipal. | // FARO / tino hermida

Tino Hermida

Teresa Escudero Barral, ha puesto fin a su periplo de 32 años en su labor secretaría-intervención del Concello de Meaño, y como tal se despedía formalmente de la corporación en el último pleno. Desde hoy no se sentará ya en su despacho de la primera planta. La oferta laboral que le fue trasladada le hace cambiar de aires en la administración y le lleva ahora a la provincial. Era la persona que más conocía por dentro el Ayuntamiento meañés y su política local, no en vano ha despachado en todo este tiempo con cuatro alcaldes. En su haber, deja el recuerdo de una trabajadora incansable, gris, que siempre evitaba los focos -hubo que convencerla para esta entrevista-, y que derrochó hasta pasión para mantener al día la administración local. A ella se le debe, en buena parte, el haber sido Meaño uno de los Ayuntamientos mejor saneados de la comarca, sin deudas, pagos al día con trabajadores y proveedores y un pingüe remanente de tesorería forjado en una entente entre política e intervención, que valió críticas por unos y siempre defensa por los gobiernos de turno. El objetivo, no salirse de la vía.

–Natural de Meis: ¿usted se siente tan meañesa como meisina?

– Podría decirse que sí. Nací y vivo en Meis, pero Meaño ha sido y es mi vida, siento mucho cariño por este concello. Recuerdo que llegué aquí recién casada, y durante estas tres décadas en Meaño, nacieron mis dos hijos, fallecieron mis padres, mi abuela… He creado lazos emocionales con vecinos, con compañeras de trabajo…

– ¿Qué le lleva a dejar Meaño?

– Es una oportunidad laboral que me llega desde la Diputación de Pontevedra. Pensaron en mí, me lo propusieron hace un tiempo, me costó lo suyo decidirlo, pero entendía que, a mis años, tenía que aprovechar esta oportunidad para tomármela como un punto de inflexión en mi vida y en mi frenético ritmo de trabajo… Reconozco que llegué a un punto de que soy una adicta al trabajo: de mañana, de tarde, y hasta de noche, obsesionada siempre por acabar primero cualquier labor que tenía entre manos… Eso era mucho, y la familia requiere un tiempo que tengo que devolverle de alguna forma

– ¿Es un adiós definitivo a Meaño?

– Me voy en comisión de servicios que, de partida es por un año, prorrogable a dos. Luego tendré la opción de concursar para quedarme, tocará valorarlo en su día.

Concellos de más de 5.000 habitantes

– ¿La secretaría meañesa supone tanto trabajo?

–Tal y como está, sí. La secretaría viene realizando a la par labor de secretaría e intervención, que es una dedicación doble y que te convierte casi en un gerente. La crisis de 2011, el cumplir con la ley de estabilidad, la sostenibilidad… Todo eso marcó un antes y un después, cargando muchísimo más trabajo a la administración local. Por ley, los concellos con más de 3 millones de presupuesto y más de 5.000 habitantes deben contar con un interventor. Meaño está en esa situación desde hace años y no lo tiene, precisa más personal para no cargar tanto el trabajo.

– Mirando hacia atrás. Usted que ha trabajado con cuatro alcaldes, y sin meterle en aprietos, ¿cuál le marcó más?

Jorge Domínguez que, para mí, ha sido un referente en lo personal, en lo político y en lo profesional. Jorge tenía el Concello en la cabeza. Tenía don de gentes, era un gran conocedor de la administración, porque él era funcionario, y eso ayudaba mucho en lo laboral. Todos lo respetaban mucho, en lo laboral y en lo político, incluso en la Mancomunidade do Salnés cuando él era presidente, y que dinamizó dando verdadero valor a ese organismo. Recuerdo con cariño que él fue el único alcalde al que yo le llamaba “jefe”.

Satisfacción laboral

– ¿Cuál ha sido ese momento dulce que se llevará en la memoria de sus tres décadas en Meaño?

–No sabría citar uno concreto. Lo mejor es irme con la conciencia del deber cumplido, sabiendo que me he entregado con mucha dedicación y pasión por la labor municipal en todos estos años, el haber contribuido, en mi medida, a lo que Meaño es hoy, alcanzando satisfacción cuando algún proyecto difícil se lograba sacar adelante en las administraciones, y el haber creado tantos vínculos afectivos.

– ¿Y lo más amargo?

–Lo más amargo no lo viví en lo laboral, sino en la personal, y ese fue la enfermedad y el fallecimiento de Jorge Domínguez.

– Después de tanto visto en Meaño durante 32 años: ¿Cuál sería ese consejo que le dejaría al regidor de turno que se quede o venga?

– El lema que Jorge tenía como guía: “Las personas están por encima de las ideologías”. Era algo que él plasmaba de forma natural, integrando a las personas y respetando mucho las diferencias, y no solo en el concello.

Las nuevas tecnologías

–¿Y eso ha cambiado mucho?

–Lo que han cambiando son los tiempos, y no solo en la política municipal, sino en la Mancomunidade y en todo. Creo que las redes sociales contribuyen a que las cosas se polaricen en exceso. Los alcaldes, y los gobernantes por extensión, ahora son cortoplacistas, están más pendientes de lo que se dice en las redes para tomar decisiones en función de ello, en vez de tener un proyecto claro en el medio plazo para hacerlo realidad.

– ¿Cómo se quedan las cosas en Meaño? ¿Tendrá secretario o secretaria en breve?

– Suponemos que no tiene por qué tardar. Se ha solicitado personal para ocupar la plaza en comisión de servicios, y se hace preciso un profesional de grupo A, que sea abogado en lo económico o en lo político. Se queda a expensas de su llegada.

–Para el que la suceda: ¿qué es lo atractivo del trabajo en la secretaría en la administración local?

–Lo mejor es que resulta dinámico, con trabajos muy diversos, que aborda todo tipo de materias. Dirigir una administración local es una guerra diaria, nunca sabes con lo que te vas a encontrar el día siguiente, a lo que tienes que enfrentarte y a veces a contrarreloj, y eso te exige ser ágil, no te puedes quedar quieto nunca. Ese dinamismo es lo que hacen que nunca sea un trabajo nunca monótono o y monocorde del funcionario de turno, siempre te exige estar fresco.

- ¿Con qué imagen querría que se le recordara en Meaño?

–Nunca me lo he planteado. Siempre he sido una persona gris, y así me voy. Que me recuerden como una currante, que eso es lo que fui este tiempo.

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