La subasta de la antigua planta de Alfageme en Ribadumia queda desierta una vez más

La planta que la antigua Alfageme tenía en Sisán (Ribadumia) seguirá vacía y sin actividad. El Instituto Galego de Promoción Económica (Igape) celebró ayer en Santiago de Compostela una subasta pública por el inmueble, pero quedó desierta. Este departamento dependiente de la Consellería de Economía prevé convocar un nuevo procedimiento de subasta a lo largo de 2024, según confirmaron fuentes oficiales.

En la misma sesión, se pusieron a la venta otras dos naves de Lalín y Toledo que pertenecen al Igape, pero también quedaron desiertas. En el caso de Ribadumia, no hubo licitadores pese a que la nave tenía un precio de salida muy competitivo para la superficie construida y su ubicación en pleno corazón de la comarca arousana.

El Igape estableció un precio mínimo de 518.900 euros, que se rebajaría en dos tramos más si no apareciesen licitadores. Así, si no había ninguna oferta que igualase o mejorase el montante inicial, se convocaría inmediatamente una segunda licitación, esta por un importe mínimo de 441.060 euros, lo que suponía un 15 por ciento menos que el primer precio.

Si tampoco hubiese nadie interesado en comprar las antiguas instalaciones industriales por esa cifra, se celebraría una tercera puja. En este caso, el precio de salida de la licitación sería de nuevo un 15 por ciento inferior, situándose en los 374.900 euros. Pero tampoco apareció nadie interesado en llevarse el inmueble por ese valor.

La nave de Alfageme ocupa una superficie de algo más de 2.000 metros cuadrados, y se encuentra dentro de una parcela de casi 8.700, próxima a la desembocadura del río Umia, en el límite municipal de Cambados y Ribadumia.

El inmueble está completamente abandonado, pues hace más de diez años que no tiene actividad alguna. El Igape se hizo con su propiedad en marzo de 2013, pues era uno de los acreedores del grupo Alfageme, que fue en su momento una de las grandes marcas de la conserva gallega.

El Igape ya trató en otras ocasiones de encontrar comprador para la nave de Ribadumia, pero siempre sin éxito. Hubo en su momento contactos con un inversor cántabro que parecía muy interesado, pero la operación también se frustró.

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