Tina Hosted, el barco que dificulta la navegación en la dársena de A Illa

El antiguo velero danés se hundió en las inmedfiaciones de O Xufre en diciembre de 2020

El “Tina Husted” en una imagen de archivo antes de hundirse en diciembre de 2020.   | // IÑAKI ABELLA

El “Tina Husted” en una imagen de archivo antes de hundirse en diciembre de 2020. | // IÑAKI ABELLA / R. A.

R. A.

Ocurrió en diciembre de 2020, cuando una vía de agua provocó su hundimiento sin que nadie lo reclamase. El Tina Hosted permanece desde entonces hundido en plena dársena de O Xufre, convertido en un riesgo para la navegación, sobre todo para aquellos que no conocen la zona.

Durante los primeros meses de su hundimiento, estuvo señalizado con boyas, ya que unió de sus palos sobresalía del agua e impedía incluso el paso de embarcaciones de poco calado. Sin embargo, un marinero del que se desconoce la identidad, cansado de tener que dar un rodeo para enfilar hacia el muelle, decidió “cargarse” el palo y eliminar el problema para las lanchas, pero no para bateeiros u otros barcos de mayor calado.

Aunque ahora esté sin señalizar con boyas, todos los marineros de A Illa saben donde se encuentra y, la mayor parte de ellos, dan un rodeo para no tener que pasar por encima y arriesgarse a tocar con la quilla. Los bateeiros llevan desde que se hundió reclamando a Costas del Estado, la administración que tiene las competencias en esa zona, que proceda a su retirada, pero esas reclamaciones han caído, por el momento, en saco roto. “Un día de una gran ‘seca’ va a pasar un accidente y será cuando se acuerdan de que ese barco está ahí, cuando no debería estar, pues su retirada tampoco es tan complicada”, explican.

El “Tina Hosted” era un barco con una gran historia detrás. Fue construido en Dinamarca durante los años 40, ejerció como buque pesquero durante varias décadas. Su porte y su belleza evitaron que acabase en el desguace en más de una ocasión, siendo adquirido por un británico que lo reconvirtió en barco de recreo, participando en gran parte de los encuentros de embarcaciones tradicionales que se celebraban por Europa. Tras una larga estadía en Sada, en 2011 llegó a A Illa, donde sufrió otro incidente, al quedar encallado en la punta de Xastelas, en Carreirón. Posteriormente, estuvo en reparación en la dársena isleña hasta que su propietario lo vendió. Desde entonces, permanecía amarrado en el lugar en el que se fue a pique. Su supuesto propietario en aquel momento era un ciudadano de origen brasileño que, por aquel entonces, residía en Suiza, pero que nunca más regresó a A Illa para hacerse cargo de la embarcación.