“Domingos” causa decenas de incidentes por la lluvia y el fuerte viento en Arousa

Un árbol cae sobre un coche con dos personas dentro en el cementerio de Rubiáns | Un restaurante de Vilanoviña queda aislado debido a la crecida del río Umia

Coche sobre el que cayó un árbol y una valla publicitaria, en Rubiáns.

Coche sobre el que cayó un árbol y una valla publicitaria, en Rubiáns. / Iñaki Abella

El larguísimo tren de borrascas que afecta a Galicia desde hace más de dos semanas dejó ayer una de las jornadas más complicadas en O Salnés y Ullán. Los fortísimos vientos de “Domingos” y los chaparrones que cayeron a lo largo de la jornada causaron decenas de incidentes, algunos de ellos graves.

En Vilagarcía, un árbol de grandes dimensiones cayó a media tarde sobre un coche que estaba estacionado frente al cementerio de Rubiáns. Dentro estaban una mujer y su hijo, que habían acudido al entierro de una familiar. Al caer, el árbol tiró una valla publicitaria, y algunas de las planchas se desprendieron también sobre el vehículo.

Al escuchar el estruendo, varias personas acudieron a auxiliar a los dos ocupantes del coche, que por fortuna se encontraban bien. Eso sí, no podían salir por las puertas delanteras, ya que estaban bloqueadas por las ramas.

La concentración parcelaria de Cabanelas, completamente inundada.

La concentración parcelaria de Cabanelas, completamente inundada. / Iñaki Abella

A lo largo de la jornada el Servicio Municipal de Emerxencias de Vilagarcía tuvo que actuar en más de media docena de árboles tirados por el viento, tanto en el casco urbano (plaza de A Independencia), como en el rural (calle Abelle, en Rubiáns).

La de ayer fue en efecto una jornada de muchísimo viento. Según los datos de Meteogalicia, en la estación de Corón (Vilagarcía) llegó a registrarse una ráfaga de 108 kilómetros por hora. En A Lanzada también hubo momentos en los que el viento superó los 100 kilómetros por hora.

Esta circunstancia provocó también muchos problemas por el desprendimiento de elementos de fachadas o de planchas aislantes de los edificios. En Cambados, los bomberos tuvieron que retirar unas uralitas del antiguo edificio de Establecimientos Otero, que lleva más de una década abandonado, en manos de la inmobiliaria de un banco, para desesperación de los vecinos. Como tuvieron que utilizar el camión autoescalera, fue necesario cortar al tráfico la avenida de Galicia durante 20 minutos. Sin salir de Cambados, unas uralitas causaron daños en un coche aparcado en la plaza de San Gregorio.

La caída de árboles también afectó de forma severa al tráfico ferroviario, generando retrasos en varios convoyes que pasaron por Arousa a lo largo del día.

Pero también hizo mucho daño la lluvia y, sobre todo, las crecidas de los ríos. Las precipitaciones más fuertes de la jornada se recogieron en la montaña, y concretamente en la estación de Castrove, donde se acumularon hasta 62 litros por metro cuadrado.

El río Umia desbordó completamente, convirtiéndose en un extenso mar en Vilanoviña o Cabanelas. El aparcamiento y la terraza del restaurante Casa Portuguesa (la antigua Parrilla Umia) quedaron cubiertos por medio metro de agua.

Fuerte chaparrón de lluvia durante el partido de fútbol del Arosa juvenil en Zacande.

Fuerte chaparrón de lluvia durante el partido de fútbol del Arosa juvenil en Zacande. / Iñaki Abella

“Llevo tres años con este restaurante y nunca había visto nada como hoy (por ayer)”, afirma el dueño del establecimiento, Manoel Fonseca. “Mido 1,86, y el agua me pasaba por encima de las rodillas”.

El restaurante ya no pudo abrir a mediodía y tuvo que cancelar todas las reservas de la noche (tenían a 40 personas para cenar), por lo que esta situación les ha causado un enorme perjuicio económico. Algunos clientes acudieron a recoger comida para llevársela a casa, pero se encontraron con que después eran incapaces de regresar a sus coches. “A unos señores mayores tuvimos que llevarlos en brazos”, añade Manoel Fonseca.

El Umia convirtió también en un extenso lago la mayor parte de las fincas de la concentración parcelaria de Cabanelas, en Ribadumia, así como el entorno del club de piragüismo y la piscina municipal.

También hubo crecidas importantes en Valga, donde desbordaron los ríos Louro, Valga y Devesa. Esto generó inundaciones en varias aldeas y obligó a cortar algunas carreteras, y al menos uno de los pasos inferiores de la vía del tren. El alcalde, José María Bello Maneiro, alertó hace unas semanas a Augas de Galicia de que el arroyo de A Devesa tenía mucha maleza y vegetación, y pedía que se limpiase urgentemente para evitar precisamente que pudiese desbordar. No se hizo, y ayer el río echó sus aguas fuera, llegando a la capilla.

Finalmente, en Meaño la sucesión de borrascas ha causado numerosos daños en la senda fluvial del río Chanca. Hay múltiples árboles caídos sobre el camino, lo que dificulta mucho el paso tanto de quienes van a pie como de quienes la recorren en bicicleta, informa Tino Hermida.

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