András aplica restricciones al consumo de agua por la sequía

La comunidad de aguas conecta la red de la Mancomunidade a un tercio de la parroquia | Limitan el gasto a 500 litros diarios

Depósito que gestiona la comunidad de aguas de András, en Vilanova.

Depósito que gestiona la comunidad de aguas de András, en Vilanova. / Iñaki Abella

A.G.

A pesar de que se han registrado lluvias en las últimas semanas, la falta de continuidad en las mismas está provocando que se registren problemas de escasez de agua en algunos puntos de la comarca de O Salnés. Es el caso de la parroquia vilanovesa de András, donde la asociación que gestiona la red de suministro de agua local ha comenzado a aplicar restricciones en el consumo. El depósito que suministra el agua a unas 170 viviendas de András se encuentra por debajo del 50% de su capacidad y no ha remontado durante las últimas lluvias. Eso ha levantado todas las alarmas y ha obligado a la comunidad de aguas a recurrir a la Mancomunidade.

Desde la pasada semana, un tercio de las viviendas de András se nutren de la conexión que existe con la red comarcal. El resto solo podrán consumir la cifra de 500 litros al día, a la que se ha limitado para evitar que puedan quedarse sin agua. Conectar a estas últimas a la red de la Mancomunidade se intentó en su momento, pero no alcanza la presión, ya que con apenas un kilogramo esta sería inviable. Los responsables de la comunidad de aguas también están revisando todos los contadores para comprobar que los usuarios están cumpliendo esas restricciones, de usar tan solo 500 litros de agua para consumo doméstico, ya que se sospecha que algunos vecinos pueden estar empleándola en otras cuestiones. De demostrarse que lo hacen corren el riesgo de que se les corte el agua o se les sancione.

Las perspectivas de los próximos meses no son precisamente halagüeñas, ya que todo apunta a que el próximo mes de septiembre sea bastante seco, algo que se puede extender al de octubre.

No es la primera vez que la comunidad de aguas de András tiene que recurrir a la Mancomunidade y aplicar restricciones en el suministro de agua. La primera vez que ocurrió fue en 2017, cuando se vivió un momento muy crítico, con la parroquia sin suministro. El pasado año también hubo que hacerlo, pero ya en el mes de junio, manteniéndose la conexión y las restricciones durante todo el verano. En esta ocasión, reconocen desde la comunidad de aguas, se ha tardado más en recurrir al apoyo de la Mancomunidade, ya que estamos a finales de agosto, pero no por ello la situación deja de ser preocupante de cara al futuro.

Mientras, la red de la Mancomunidade sigue trabajando al límite de su capacidad. El ente lleva años alertando de la necesidad de contar con un segundo depósito de agua con el que afrontar posibles averías importantes que impidan que la comarca se quede sin servicio. Pese a tener un proyecto, comprar los terrenos y ponerlos a disposición de Augas de Galicia, lo cierto es que no se ha dado todavía ningún paso para construir una infraestructura que pueda ser determinante para el futuro de la comarca.

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