La Audiencia juzga a la presunta red de narcotráfico del arousano Carlos Silla

En la madrugada del 28 de marzo de 2020, con todo el país confinado, la ría de Arousa volvió a ser el escenario de una nueva persecución de dos planeadoras de gran potencia cargadas con multitud de fardos de cocaína por parte de las unidades antidroga de la Policía Nacional y Aduanas. El juicio por estos hechos llega este lunes a la Audiencia Provincial de Pontevedra, cuya Sección Segunda reservó ya cinco jornadas para el mismo.

La droga, según la Fiscalía, acababa de ser desembarcada desde un velero, llamado Benirrás, a estas dos planeadoras que se dirigieron a las rías de Arousa y Pontevedra, desembarcando una de ellas en la zona sur del litoral de O Grove, en la playa de Barreiriño, y la segunda siendo localizada con sus tripulantes intentando fondear los fardos y luego arrojándolos al mar en el islote de Airós.

En cuanto a la primera, sus tripulantes y los 72 fardos de cocaína que llevaba a bordo fueron localizados. La segunda nave huyó a toda velocidad hacia el interior de la ría perdiéndosele la pista. La embarcación fue localizada posteriormente en la desembocadura del Umia y la Policía logró recuperar otros 72 fardos de droga, aunque no a sus tripulantes.

Al frente de esta organización, la Fiscalía Antidroga de Pontevedra sitúa al joven vilagarciano Carlos Silla, a quien sitúa como patrón del velero Benirrás que, al saberse perseguido, decidió hundir frente a las costas de A Guarda. Los tres tripulantes del velero lograron llegar a tierra en una zodiac auxiliar y aunque su socio, el histórico guardés Antolín F. P., fue detenido, Silla volvió a escapar.

No se supo nada de él hasta que las fuerzas del orden lo interceptaron finalmente a bordo de otro velero con 5.200 kilos de cocaína en 2021.

Lo cierto es que la Udyco de la Policía Nacional llevaba ya meses siguiendo de cerca los movimientos de Silla y del velero “Benirrás” hasta el punto que la embarcación estaba siendo sometida a un control mediante un dispositivo instalado con la correspondiente autorización judicial. Esto permitió que los agentes estuvieran esperando a las lanchas rápidas cuando vieron que el velero se acercó sospechosamente al litoral gallego.

18 años de prisión

Mientras que las planeadoras sí que fueron detectadas, faltaba por localizar el velero, que se había esfumado. Tiempo después pudo ser localizado gracias a la ayuda del buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que lo descubrió hundió en frente a la costa de A Guarda.

Carlos Silla, como presunto jefe de la organización, se enfrenta a una petición de 18 años de prisión por parte de la Fiscalía en la que es la primera vez que se sentará en el banquillo a pesar de su meteórica trayectoria que le llevó a fraguar al menos estas supuestas dos operaciones de narcotransporte.

Para los otros ocho acusados, el Ministerio Público solicita penas de trece años y medio de prisión. Todos los acusados también se enfrentan a multas de 300 millones de euros cada uno de ellos.

Continúan los juicios a los clanes de O Vao, que abastecían a O Salnés

Tras la condena a cuatro de los clanes que operaban en O Vao de Abaixo (Poio), por la Audiencia de Pontevedra siguen desfilando otros grupos que operaban en el poblado chabolista, en esta ocasión en O Vao de Arriba, y que fueron desmantelados en las sucesivas operaciones que, entre 2019 y 2020 fueron descabezando las principales familias dedicadas a la venta de droga en el asentamiento. En algunos casos, se trataba de familias que abastecían de sustancias estupefacientes al mercado de O Salnés, ya fuese a otros traficantes o directamente a los toxicómanos. En esta ocasión, se sentarán el martes en el banquillo siete personas para quienes el fiscal pide penas que van desde los seis años y medio de prisión a los nueve años y medio por tráfico de drogas y, en algunos casos, por tenencia ilícita de armas. Se trata de miembros del conocido como “Clan de la Cachuela”. Para la última semana del mes está señalado otro juicio contra otro grupo de O Vao de Arriba como es el del “Sevilla”. La presión policial sobre el asentamiento chabolista se incrementó en los últimos años, precisamente con la finalidad de cortar un punto de venta habitual de drogas, no solo en la zona de Pontevedra, sino también para comarcas colindantes, como la de O Salnés. Buena parte de esas operaciones fueron entre los años 2019 y 2020, de ahí que se estén juzgando ahora.

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