El puente de Santa Marta sufre un daño estructural grave

Toda la circulación está siendo desviada por el milenario de Os Padriños, que no está preparado para el tráfico pesado | Los técnicos sospechan que habrá que retirar el tablero

El hundimiento de la calzada fue uno de los efectos provocados por el colapso de la estructura.

El hundimiento de la calzada fue uno de los efectos provocados por el colapso de la estructura. / Noé Parga

A. G.

Inaugurado el 5 de abril de 2007, el puente de Santa Marta, que atraviesa el Umia a la altura de Pontearnelas, colapsó en la tarde de ayer tras romper todos los tirantes del margen derecho de la calzada, lo que provocó un hundimiento de parte de la estructura. Fueron unos peregrinos ingleses que pasaban por debajo los que escucharon el impresionante crujido sobre las 15.30 horas de ayer y alertaron al 112 de lo que estaba ocurriendo.

Hasta el punto se desplazaron de forma inmediata los Bombeiros do Salnés, Protección Civil y Policía Local de Vilanova y la Guardia Civil que cortaron el puente y comenzaron a desviar todo el tráfico que genera la PO-300, una de las grandes arterias de la comarca de O Salnés, por el vetusto puente de Os Padriños, incluso, el tráfico pesado, para el que no se encuentra preparado. La situación del puente también ha obligado a cortar ese tramo de la Variante Espiritual, que atraviesa el Umia por debajo de la plataforma a través de una pasarela de madera, y la carretera de la Diputación EP-9051, que pasa por debajo.

La Guardia Civil cortó los accesos al puente de Santa Marta. |   // N. P.

La Guardia Civil cortó los accesos al puente de Santa Marta. | // N. P. / A. G.

Además de los servicios de emergencias, hasta el lugar también se desplazaron técnicos de la Xunta, entre ellos, el director xeral de la Axencia Galega de Infraestruturas, para analizar y evaluar los daños que existen y qué medidas correctoras se pueden adoptar para que el puente vuelva a estar abierto al tráfico y evitar posible impacto que pueda sufrir el histórico puente de Os Padriños con esta situación.

Aunque deberán ser estos técnicos los que decidan qué se puede hacer, lo cierto es que la reparación de la infraestructura no parece muy factible, sobre todo después de que se haya hundido la estructura de hormigón más de 25 centímetros, lo que ha causado daños a los pilares. En principio, no se teme que el puente se pueda venir abajo de forma inminente.

“Hay que desmontar y hacer otro nuevo”, explicaba ayer el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, que no salía de su asombro al ver como “un puente de quince años ha colapsado y el otro, que tiene mil, sigue ahí, a pleno rendimiento y soportando tráileres por encima”. El regidor vilanovés se congratula de que “no se haya hundido al paso de algún vehículo, porque estaríamos lamentando cosas mucho más graves” y emplaza a las administraciones a “solucionarlo cuanto antes y a investigar qué ha pasado, porque no es normal que esto ocurra en tan solo 16 años”. David Castro, alcalde de Ribadumia, coincide con su homólogo de Vilanova en la necesidad de que “se repare cuanto antes y se pueda retomar la circulación, aunque nos tememos que la solución no va a ser sencilla”.

Las péndolas se soltaron lo que provocó el colapso. |   // NOÉ PARGA

Las péndolas se soltaron lo que provocó el colapso. | // NOÉ PARGA / A. G.

El alcalde de Cambados, Samuel Lago, aseguraba ayer que “se trata de un problema grave ya que afecta a una carretera por la que pasan miles de vehículos al día; es cierto que hay alternativas, pero no es normal que colapse un puente de 16 años y, justo al lado, haya otro con siglos de existencia funcionando”. Insta a la Consellería a investigar las causas y “a depurar responsabilidades, porque es probable que este problema sea a causa de su diseño o de su construcción”. Más allá fue Xurxo Charlín, edil de Urbanismo, de Cambados, quién instó a la Xunta “a realizar las inspecciones periódicas precisas para tener los viales de su titularidad en condiciones de seguridad, porque por esa carretera pasan miles de vehículos a diario”. Insiste en que “con tan solo 16 años, no es lógico que un puente tenga daños estructurales como que se suelten las péndolas del tablero o se tuerza todo el emparrillado”.

El portavoz de Somos Ribadumia, Enrique Oubiña, cargaba ayer tintas contra la Consellería de Infraestruturas porque “la falta de mantenimiento de ese puente era más que evidente, quizás no sea eso lo que se encuentre detrás de lo ocurrido, pero seguramente se pudiese haber detectado algún problema si se hiciesen esas tareas más a menudo” Oubiña recuerda que “pudo haber una desgracia, porque ese puente es muy utilizado por los vecinos del interior de O Salnés para acercarse a la costa y viceversa”. Para el edil, lo ocurrido con este puente es “el ejemplo de las políticas que hubo en su tiempo, en el que se gastaba muchísimo dinero en obras de dudosa valía”.

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El puente de Santa Marta se construyó en una época en la que se gastaban millonadas en obras públicas más o menos necesarias. En este caso, los más de tres millones de euros no solo eran necesarios, sino que eran imprescindibles para desviar todo el tráfico rodado de un puente como el de Os Padriños, que se deterioraba a pasos agigantados por la gran cantidad de vehículos diarios que soportaba. El vial fue construido por la Diputación de Pontevedra que lo traspasó a la Xunta a cambio de hacerse cargo del puente de Os Padriños para su rehabilitación, devolviendo el esplendor a la villa medieval que está a caballo entre los municipios de Cambados, Vilanova y Ribadumia. La inauguración de la obra fue el 5 de abril de 2007 y en ella participaron entre 1.500 y 2.000 personas que llevaban años reclamando la construcción de una variante para evitar el paso de vehículos pesados por Pontearnelas. Aquella jornada fue una auténtica romería, “un día histórico”, como lo calificaron las autoridades en sus discursos. Bajo el puente se habilitó un gran campo de la fiesta para la tradicional romería de Santa Marta, que cada 29 de julio se celebra en ese mismo lugar. Con ese nombre pasaría a bautizarse el puente que, salvo el desgaste mostrado en las pasarelas de madera de los laterales y la gran cantidad de suciedad en sus arcos no había dado señales de que podría ocurrir esta situación hasta ayer mismo.

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