O Grove, la historia vista desde una gran pecera

Dirigido por Rebeca Aguinaga, el Acuario O Grove se ha convertido en una de las principales tarjetas de presentación turística no solo de O Grove, sino del conjunto de las Rías Baixas.

Tras un cuarto de siglo en funcionamiento, y después de una década de profundos y ambiciosos cambios, gracias a la llegada de la firma Aquagestión, este centro zoológico está plenamente consolidado, y preparándose ya para un nuevo y no menos ambicioso plan de expansión.

El mismo que se desarrollará “apostando siempre por el bienestar animal” a partir de un “óptimo mantenimiento de las instalaciones, el enriquecimiento ambiental de los entornos donde se encuentran, el control de la alimentación de las diferentes especies y una exhaustiva vigilancia veterinaria”, explican en el acuario.

500.000 litros de agua

Con una treintena de tanques o piscinas –unos 500.000 litros de agua– que reproducen de forma rigurosa los hábitats de las rías gallegas, los mareas tropicales y el océano Atlántico, permite descubrir “de una forma muy cercana” las diferentes especies marinas que los habitan.

De ahí la presencia de tiburones, tortugas, sargos, abadejos o centollos. Pero también la de pirañas, peces tan populares entre los niños como el payaso y el cirujano, morenas, congrios, rodaballos, caballitos de mar, doradas y un largo etcétera de especies más, hasta sumar alrededor de doscientas.

Punta Moreiras

Son miles de ejemplares los que hacen las delicias de niños y adultos en estas instalaciones asentadas en el espacio natural y cultural de Punta Moreiras, a escasos metros del Museo de la Pesca y la Salazón.

Reclamo turístico de primer nivel, Acuario O Grove se ha convertido también en un negocio “amigo de los perros”, permitiendo la entrada de estas mascotas.

Abierto en esta época del año en horario de 11.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas, todos los días, no solo está abierto a las visitas propiamente dichas, sino que ofrece actividades complementarias.

Los tiburones

Entre ellas una tan especial como el buceo entre tiburones, que se lleva a cabo en el “Oceanario”, es decir, el tanque principal de las instalaciones, donde conviven escualos como el cazón, el musola y el pintarroja con rayas pastinaca y de clavos, corvinas, sargos breados, meros y chernas.

Es posible sumergirse sin disponer del título de buceo, siempre bajo supervisión del equipo de biología del Acuario.

El mismo en el que se organizan visitas especialmente adaptadas para grupos de escolares, ya que, de este modo, los niños pueden disfrutar conociendo los fondos marinos y familiarizándose con diferentes labores de conservación del medio ambiente, enseñándoles así a respetar la naturaleza.

Los más pequeños incluso disponen de un espacio exterior con parque infantil y de otro interior con zona de marisqueo.

De este modo “aprenden utilizando una metodología lúdica y participativa, basada en el autodescubrimiento que ofrece la experiencia directa a través de los sentidos, mirando, tocando y escuchando el fondo del mar”, detallan en la dirección del centro.

Alfredo Fernández

En definitiva, que son muchas e interesantes las posibilidades que ofrecen estas instalaciones que, dirigidas por la joven Rebeca Aguinaga, un buen día de los años noventa se sacó de la manga un empresario tan reconocido como Alfredo Fernández, distinguido con el Centollo de Oro de la pasada Festa do Marisco por haber sido, precisamente, el fundador, impulsor o responsable de aquello que se había dado en llamar Acquariumgalicia.

Como lo fue de Acuavision, Insuiña y otros proyectos que, a la postre, catapultaron a O Grove como destino turístico.

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