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La ABAU de conciencia

La ABAU de conciencia

La ABAU de conciencia / Antonio Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Las enseñanzas de la pandemia no deberían caer en saco roto a unos políticos que dentro de unos días van a pedir la confianza a unos jóvenes que en este 2023 han cumplido o están a punto de cumplir los 18 años.

Recuerden que es mucho su poder y que pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro, incluso que esta quede temblando durante los cuatro próximos años.

Sin duda es inaudito que a estas alturas, ni unos, ni otros, ni los de más allá, hayan tenido ni siquiera una mención para este grupo social, cuando menos un detalle, una promesa a las que están tan acostumbrados...

Cierto que les regalan un pump-truck, un circuíto para ir en bicicleta y hasta el generoso Gobierno de España les ingresa en cuenta 400 euros para que puedan ir a los toros y si les sobra algo para que se lo gasten en algún videojuego, y si tal, si se tercia, algún libro. Pero eso es solo para contentar a los padres, a los mayores a los que les van a intentar colar una papeleta.

El problema es que de lo principal se olvidan. Lo del día a día, las cosas que a ellos les pueda facilitar la tarea, la vida en suma.

Háblese, por ejemplo, de las bibliotecas, un espacio, que al llegar la primavera, demandan más los estudiantes de grandes y pequeñas ciudades, de pueblos y también de parroquias y aldeas. Piden poco. Un simple lugar de estudio que no abra solo en horario de comercio, vamos, cuando ellos están en clase o en la academia.

Este martes empieza el último trimestre, el más difícil, en el que se juegan todo el año de hincar codos. Es momento de ponerse las pilas y la carga necesita tiempo, a veces hasta la una o las dos de la mañana ¿Se acuerdan ustedes, señores políticos, de cuando les tocó?

Pues bien, en Vilagarcía ni hay, a estas alturas del curso, una biblioteca digna, ni tampoco un horario que les convenga. Tampoco en Cambados, ni en O Grove, ni por supuesto en los pueblos más pequeños.

Esa es la asignatura que tienen que aprobar ustedes ¡Qué parece que no tienen hijos! Denle ya ese servicio porque sus papás siguen pagando impuestos, también con ese objetivo.

Y, ¿qué dicen ustedes de la ABAU? ¿Van a seguir consintiendo que los bachilleres arousanos tengan que repartirse por las aulas de Santiago o de Pontevedra?

¡Qué difícil comprender que no hayan tomado nota en la pandemia, pues menudas notazas han llevado a sus casas los chicos que se examinaron en Fexdega.

Eso no es un trampantojo sino una evidencia, sencillamente por la comodidad de no tener que desplazarse tres días seguidos a 30 o 40 kilómetros de distancia, esa semana en la que les toca la prueba más importante de sus vidas.

Recobren la idea. Fexdega puede volver a acoger ese examen y la única molestia es para los miembros del tribunal. Piénsenlo, estos solo suponen un puñado de papeletas en las urnas, los estudiantes que en este 2023 llegan a la mayoría de edad en O Salnés se cuentan por miles.

Y eviten escudarse en que Vilagarcía es una ciudad pequeña pues basta comprobar qué ocurre en otras comunidades de España en esas mismas fechas.

Será porque tienen un poco más de sensibilidad o porque saben que dentro de unos años van a ser ellos los que gobiernan y nos manden a todos a una residencia..., en Toledo o en Cuenca. Hagan examen de conciencia.

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