Los mariscadores cuelgan los "raños" para cobrar la ayuda

El estrepitoso y anunciado fracaso del libre marisqueo en Arousa tiene la culpa

Una de las embarcaciones en la campaña de libre marisqueo iniciada el pasado otoño en Arousa. |   //  NOÉ PARGA

Una de las embarcaciones en la campaña de libre marisqueo iniciada el pasado otoño en Arousa. | // NOÉ PARGA

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Desde hoy, y por un periodo de tres meses, alrededor de setecientos mariscadores de a flote de la ría de Arousa van a poder percibir ayudas sin tener que largar el “raño”.

Comienza el cese de actividad subvencionado por la Consellería do Mar, con el que compensar la alarmante pérdida de productividad en los bancos de libre marisqueo de la ría arousana, de cuyo declive se alerta desde hace años, sin que esto sirviera para revertir la situación.

Son más de cuatrocientas las embarcaciones en condiciones de demostrar una pérdida de ingresos que les permita acogerse a esta nueva línea de ayuda, cuya cuantía final a pagar por “rañeiro” está aún por concretar.

Pero una ayuda, al fin y al cabo, que supone una ayuda importante para el castigado sector y, de paso, sirve para confirmar que la gestión directa del libre marisqueo asumida por las cofradías ha resultado un estrepitoso fracaso.

Es el resultado de aquel movimiento iniciado hace más de un lustro mediante el cual los pósitos quisieron agruparse en una asociación –bautizada como Rañeiros da Ría– desde la que llevar las riendas de esas zonas comunes que son de todos pero, en realidad, no son de nadie, ya que nadie se implica en su cuidado como se hace con las concesiones de cada cofradía.

De mal en peor

Lo que sucedió fue que, tras quitar la gestión a la Consellería do Mar, para asumirla directamente, las cosas fueron de mal en peor.

De ahí que de las doce cofradías arousanas llamadas a revolucionar el libre marisqueo participando en Rañeiros da Ría, únicamente quedaran cuatro en su seno –O Grove, A Illa, Vilanova y Cambados–, siendo incapaces sus dirigentes de reflotar a un libre marisqueo que se iba a pique y ahora está definitivamente hundido.

Si hubiera hecho las cosas desde una perspectiva responsable y, sobre todo, con unos conocimientos básicos de la realidad marisquera de Arousa, el libre marisqueo no se habría convertido en un pozo sin fondo

José Luis Villanueva

— Patrón mayor de Carril

Insostenible

De ahí que la situación se tornara insostenible hace tiempo y se intensificara la migración de mariscadores de a flote arousanos, quienes, en una huida casi desesperada en busca de recursos con los que subsistir, no dudaron en alquilar o comprar barcos en la ría de Muros-Noia para desarrollar allí su actividad.

Así se adaptan los mariscadores arousanos emigrados a la ría de Noia

Manuel Méndez

Los que no pudieron, o no quisieron hacerlo, siguieron acudiendo a los agonizantes bancos comunes de Os Lombos do Ulla, O Bohído y Cabío, entre otras zonas “libres” de la ría arousana.

Demasiada concha vacía

Pero cada mañana sus raños regresaban a bordo con más conchas vacías, constatando que el descenso generalizado de la producción de almeja en la ría resultaba especialmente grave en los citados bancos comunes.

Los mismos en los que el berberecho hace tiempo que pasó a mejor vida y dejaron de ser una tabla de salvación para el sector una vez llegado el invierno a convertirse en una auténtica lacra.

Algo que va a más prácticamente desde hace una década, cuando los efectos del parásito Marteilia empezaron a hacerse notar en las poblaciones de berberecho. Y ya nada volvería a ser igual para este bivalvo.

Es así como se llegó a la situación actual, con un paro subvencionado que otros integrantes del sector marisquero (a pie y a flote) querrán también.

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Aunque acceder a un cese de actividad subvencionado es para algunos una buena noticia –sobre todo para los que van a percibir la ayuda–, la adopción de esta medida no es más que el reconocimiento del fracaso del libre marisqueo.

Y así lo entienden en el propio sector, donde muchos consideran que este tipo de ayudas son pan para hoy, y hambre para mañana.

José Luis Villanueva, patrón mayor de Carril y uno de los mejores conocedores de la actividad marisquera en la ría, no oculta su preocupación, ya que está convencido de que “nada de esto habría pasado, y no se hubiera tenido que llegar a esta situación, si las cosas se hicieran bien desde el principio”.

Señala así, nuevamente, a la asociación Rañeiros da Ría, haciendo constar que “si hubiera hecho las cosas desde una perspectiva responsable y, sobre todo, con unos conocimientos básicos de la realidad marisquera de Arousa, el libre marisqueo no se habría convertido en un pozo sin fondo”.

Y termina diciendo que “ahora no faltará quien diga que este paro subvencionado es fruto de una buena gestión de Rañeiros, pero en realidad es todo lo contrario”.

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