243 metros de manos unidas para acordonarse dos décadas después del "Prestige"

Alumnos de Mosteiro recordaron el cordón humano de hace 20 años en la Costa da Morte

Alumnos y profesores formaron los 243 metros de longitud de la eslora del “Prestige”.  | // NOÉ PARGA

Alumnos y profesores formaron los 243 metros de longitud de la eslora del “Prestige”. | // NOÉ PARGA / Diego Doval

El colegio de Mosteiro celebró ayer un día muy especial. Demostrar que las lecciones de vida nunca deben caer en saco roto fue la cuestión ejemplarizante que los alumnos meisinos simbolizaron en el día de ayer. Todo con un trasfondo: el de la defensa del medio ambiente, así como el obligado recuerdo a una catástrofe que conviene no olvidar para nunca más bajar la guardia.

Aquel naufragio del Prestige sucedido en 2002 sigue estando muy de actualidad dos décadas después. El aprendizaje que dejó se convirtió en otro paso adelante en la formación de alumnos que ni siquiera habían nacido cuando el desastre mediambiental.

El claustro de profesores del colegio de Mosteiro preparó una jornada lectiva muy especial para los cerca de 320 alumnos que forman parte su comunidad escolar. A imagen y semejanza de aquellos 55.000 estudiantes que unieron toda la costa con su presencia entre Laxe y Muxía, la cadena humana de Meis se centró en simbolizar los 243 metros de eslora del barco que provocó el enorme vertido de fuel.

La ropa oscura tenía el afán de simbolizar el chapapote.  | // NOÉ PARGA

La ropa oscura tenía el afán de simbolizar el chapapote. | // NOÉ PARGA / Diego Doval

Los alumnos de 5º y 6º de Primaria, junto a todos los de ESO, se desplazaron a primera hora de la mañana al Auditorio donde asistieron a la proyección de “20 anos de dignidade”. El documental, dirigido por Xosé Aragunde, recoge testimonios de personas que estuvieron en la génesis del “Nunca máis” y también de más voces a las que la tragedia ecológica golpeó todavía con mayor violencia en aquel fatídico noviembre de 2002.

Apenas dos meses después fue cuando se produjo la cadena humana en la que participaron escolares y profesores y que ayer se rememoró en Mosteiro. Un acto hecho realidad y cuya iniciativa surgió en el seno del departamento de Biología del centro. Confirma Manuel Muñoz, jefe de estudios del CPI Mosteiro, que “hicimos una serie de exposiciones, carteles y maquetas para que los propios alumnos conociesen un hecho que sucedió cuando ellos no habían ni nacido todavía. La inquietud y el interés por conocer lo que había pasado, y sus consecuencias, fue en aumento en todos y ese era el objetivo”.

En el acto participaron los más de 300 alumnos del centro.

En el acto participaron los más de 300 alumnos del centro. / Noe Parga

Otra de las partes que también ha tenido que ver en la puesta en escena de esta iniciativa es el Concello de Meis. El equipo de gobierno encabezado por Marta Giráldez, también presente en la cadena humana, solicitó a la Diputación de Pontevedra la proyección del documental estrenado en Pontevedra con motivo del vigésimo aniversario del hundimiento del Prestige.

La Avenida Médico Paz, en las inmediaciones del campo de fútbol de Mosteiro, se convirtió en el escenario de la solidaridad eterna con la naturaleza. Y como sucediera hace 20 años entre Laxe y Muxía, los escolares comparecieron vestidos con ropas oscuras para recordar la negrura del chapapote.

Los menores se implicaron en la iniciativa.

Los menores se implicaron en la iniciativa. / Noe Parga

Esos 243 metros de eslora simbolizados en la mañana de ayer no estuvieron exentos de buen ánimo. A imagen y semejanza de aquel 22 de enero de 2003 en la Costa da Morte, los alumnos también hicieron la ola y gritaron el “Nunca máis” como muestra de unidad, participación y respeto a todo lo que supuso aquella masiva movilización de miles de personas para salvar el mar con sus manos de la ira del chapapote.

No fue necesario demasiado tiempo para que los alumnos mostrasen su identidad. Apenas unos minutos fueron suficientes para escenificar un gesto que despertó a partes iguales la sensibilización y la puesta en valor de la importancia de cuidar el litoral, el medio ambiente y los recursos naturales, algo de lo que depende la subsistencia de miles de familias.

Una lección de humanidad en toda regla en forma de pandemia negra que afectó a toda la costa y que, al igual que la que tocó vivir recientemente, se superó gracias al factor humano.

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