Los cambadeses acudieron ayer a una tradicional cita de tintes religiosos que ya forma parte de la historia de este pueblo y está vinculada a la festividad de San Antonio Abad, patrono de los animales.
No era otra que la bendición de mascotas, organizada por la parroquia de Santa Mariña Dozo y el Refugio de Cambados. Participaron una treintena de perros y, al menos, un gato.
A diferencia de otras ediciones no se dejaron ver tortugas y pájaros. Aunque no quiere decir que no estuviera algunos por allí, en medio de la especie de zoo en el que se convirtió el entorno del templo parroquial.
Fue una bendición esperada por muchos que se desarrolló junto con la pertinente Eucaristía en un ambiente marcadamente festivo.
Únicamente se pedía que los animales presentes y sus dueños fueran sociables, además de estar obligados a recoger los posibles “desperdicios”.