A Illa resucita la singularidad con una alegación a la Lei de Ordenación do Litoral

Carlos Iglesias, alcalde del municipio, pide que se aproveche la redacción de la nueva normativa para “reconocer la realidad del único municipio insular de Galicia”

El puente se convirtió en la infraestructura que cambió A Illa.

El puente se convirtió en la infraestructura que cambió A Illa. / Noé Parga

A. G.

A Illa es el único municipio de Galicia que es insular. Sin embargo, no existe ninguna consideración urbanística que facilite su desarrollo, algo que en el Concello vienen denunciando desde su creación, en 1997, sin éxito. De hecho, la reivindicación había quedado un tanto olvidada desde que recibiese un varapalo judicial. Es ahora cuando el Concello ha visto una oportunidad irrepetible en el anteproyecto de la Lei de Ordenación do Litoral que está tramitando la Xunta y ha aprovechado para presentar una alegación en la que se vuelve a reclamar la singularidad del territorio insular, acabando con las limitaciones derivadas de una normativa actual que incide sobre su litoral.

Carlos Iglesias, alcalde de A Illa, sugiere que “se aproveche en positivo esta nueva modificación de la Lei para introducir una cláusula que reconozca la singularidad del único municipio insular de Galicia t no se pierda esta nueva oportunidad”. En la alegación, el Concello recuerda que lleva desde la segregación pidiendo que se reconozca esta realidad desde las normativas autonómica y estatal, teniendo en cuenta que los valores que definen el territorio isleño son el litoral y el medioambiente, con recursos como el parque de Carreirón o monte Palmeira.

Imposibles de ejecutar

El suelo, apuntan en las alegaciones, es un bien muy escaso en A Illa, lo que hace que la dotación de nuevas infraestructuras o la recuperación de los frentes marítimos, recogidos en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), con la normativa actual, serían imposibles de ejecutar. La zona urbana consolidada ocupa un territorio muy pequeño y compacto, por lo que “su conservación y transformación para que siga existiendo como motor social y económico pasa por tener en cuenta los condicionantes de la insularidad y la singularidad, y muchas veces, iniciativas para poner en valor este litoral se encuentran con cortapisas generalistas que no tienen en cuenta estos condicionantes”.

La alegación de A Illa hace referencia también a las relaciones entre las diferentes administraciones con competencias en el litoral, indicando que el modelo territorial que debe primar en un municipio singular, tanto desde el punto de vista urbanístico como ambiental “debe ser diverso y equilibrado, que tenga en cuenta una ordenación territorial sujeta a la norma de las distintas administraciones, complementando con todas las actividades que se desarrollan sin que unas se antepongan a otras”.

En la alegación se incluye un relatorio de las consecuencias que tuvo la apertura del puente, que transformó por completo el municipio, haciendo crecer de manera espectacular todo el tejido urbano. Las alegaciones insisten en que el crecimiento del municipio ha tenido que lidiar con unas normativas urbanísticas encorsetadas que ignoran las particularidades de la identidad isleña. “La redacción de una nueva normativa de calado de la Lei de Ordenación do Litoral permite el reconocimiento de la tan demandada singularidad para que la futura legislación en esta materia se convierta en una herramienta válida para el desarrollo sostenible de A Illa”, explican desde el grupo de gobierno.

Una de las cuestiones que siempre se ha dejado claro es que el objetivo no es edificar encima de las playas de A Illa, como ha ocurrido en otros puntos, sino que el objetivo es que puedan convivir la preservación del medio ambiente con el crecimiento urbanístico necesario para el pequeño municipio arousano.

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