Un valor etnográfico para O Salnés

La comarca ha creado varias rutas en las que son protagonistas los molinos

Conjunto etnográfico de Currás, en Vilanova de Arousa.   | // NOÉ PARGA

Conjunto etnográfico de Currás, en Vilanova de Arousa. | // NOÉ PARGA / A. G.

A. G.

Fueron durante siglos lugares con una función muy importante en el mundo rural, donde se elaboraba la harina que alimentaría a familias enteras, pero también han sido lugares muy importantes en la vida social y cultural de los pueblos cercanos. Los “muíños” están viviendo una segunda etapa de esplendor en la comarca de O Salnés, muy diferente a la anterior, ya que la mayor parte de ellos permanecen cerrados y los que están abiertos se dedican a rememorar su valor etnográfico o se han convertido en establecimientos hosteleros para atender las necesidades de los caminantes que recorren las trece rutas que se han diseñado en la comarca en torno a ellos y los ríos que los alimentan.

Ruta da Pedra e da Auga a su paso por Meis.   | // NOÉ PARGA

Ruta da Pedra e da Auga a su paso por Meis. | // NOÉ PARGA / A. G.

Todos estuvieron cerca de desaparecer. Es más, varios de ellos fueron recuperados cuando eran tan solo ruinas de las que apenas se levantaban un par de hileras de piedra de una pared. En esa restauración han jugado un papel clave los concellos y la Mancomunidade, que ha visto en ellos un importante valor etnográfico que sirve de polo de atracción al turismo, promocionando un total de trece recorridos en su página web bajo el epígrafe de “Auga en Movemento”.

Uno de los molinos de Lores en Meaño.   | // NOÉ PARGA

Uno de los molinos de Lores en Meaño. | // NOÉ PARGA / A. G.

El municipio donde se han recuperado un mayor número de estas edificaciones es Meis, donde incluso existen dos molinos convertidos en museo etnográfico. Situados en plena Ruta da Pedra e da Auga, en ellos se puede ver como el agua desviada del río atraviesa un canal para abastecer a los molinos. El agua entra con gran presión en la parte inferior del molino, conocida como “inferno” y hace girar la rueda “rodicio”. Ese movimiento es transmitido a través de un eje vertical que mueve la piedra superior o “capa” sobre la piedra inferior o “pé”. Es con esa fricción de las piedras como se conseguía moler el cereal. La visita a ambos molinos debe concertarse con cita previa.

Parte de las rutas que bordean los ríos de la comarca están comunicadas. Es el caso de los molinos del río Armenteira, conectados con los de San Martiño, Salcedas y Barrantes. Todas esas rutas aprovechan el paseo natural de los ríos que recorren el interior de O Salnés. La labor de recuperación de estos entornos para el turismo y para el disfrute de la población en general ha implicado la elaboración de un proyecto, trabajos de albañilería y carpintería, establecimiento de centros de interpretación medioambiental, así como actividades de formación complementaria.

La belleza de estas construcciones radica en su sencillez y en la calidad de los materiales empleados (piedra y madera fundamentalmente), debidamente integrados en el paisaje. Hay que indicar que todo este planteamiento ha sido posible gracias al trabajo del grupo A Segorella formado por casi medio centenar de vecinos.

En Ribadumia también destacan los molinos situados en el curso del río Batán, renovados recientemente. Se encuentran en las proximidades de Oubiña y Leiro, al norte del municipio de Ribadumia. Se trata de un recorrido por cuatro molinos dispuestos a lo largo de una cascada de 300 metros por los que discurre el Batán. Dejaron de moler en los años 70.

En el municipio de Meaño, destaca la ruta de los molinos de Simes, una ruta de diez molinos de agua que completan un tramo de más de dos kilómetros a lo largo del río Chanca. En el municipio de Meaño se pueden encontrar un sinfín de molinos, en concreto, en la parroquia de Simes, están los de Couso situados al margen derecho del río Chanca.

En la parroquia de Lores también se acondicionaron algunos de los más significativos. En conjunto se arreglaron diez molinos a lo largo de un tramo de dos kilómetros que da lugar a una ruta de senderismo y goce de la naturaleza. El recorrido de esta senda fluvial ofrece un gran atractivo natural y artístico, relacionando el factor natural con el estilo rústico derivado de la combinación de restaurar los molinos y utilizar materiales tales como la piedra y la madera lo cual da como resultado una agradable, tranquila y hermosa ruta de senderismo. En Vilanova también se encuentran los del río Currás, recientemente recuperados.

“Muíño das mareas” de Cambados

En Galicia solo existen cinco molinos que utilizaban la fuerza de las mareas para su funcionamiento. En la comarca se encuentran dos, uno en A Illa y otro en Cambados. Este último está ubicado en Corvillón, entre Tragove y Fefiñáns y está convertido en un pequeño museo. Su funcionamiento depende de la subida y bajada de las mareas. Durante la pleamar el agua entra en la presa y, tras un intervalo de tiempo durante el cual la zona exterior queda completamente seca debido a la bajada de la marea, se consigue el suficiente desnivel para abrir las compuertas y que la presión del agua mueva el mecanismo del molino. Este mecanismo puede funcionar tres horas, hasta que la marea vuelve a subir.

Suscríbete para seguir leyendo