El ejemplo de los mayores que cundió a toda la población en pandemia

Se cumplen dos años desde que se administró la primera dosis en Servisenior

Los mayores de sesenta años recibieron la cuarta dosis en otoño   | // IÑAKI ABELLA

Los mayores de sesenta años recibieron la cuarta dosis en otoño | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Dos años han transcurrido ya desde la primera vacunación COVID en la que todo el mundo estuvo atento a los mayores de las residencias, primeros invitados a participar en la inmunización y ejemplo en un momento de muchas dudas para la salud pública. En O Salnés comenzó efectivamente en la residencia Servisenior de Vilagarcía de Arousa donde todos los usuarios se sometieron a la jeringuilla. Tuvieron que pasar casi tres meses hasta que la campaña se extendió a toda la población, por franjas de edad. En O Salnés se abrió el vacunódromo de Fexdega.

Fexdega se convirtió en el vacunódromo de O Salnés a principios de marzo de 2021 además de ser el recinto de los cribados aleatorios con PCR que se prodigaron en los meses más duros de la pandemia COVID.

Primeras dosis

Tres meses antes, el 29 de diciembre de 2020, acaban de cumplirse ahora dos años, Vilagarcía recibió las primeras dosis para inmunizar a las personas con más riesgo, a saber los usuarios de las residencias de la tercera edad.

Los mayores de 60 años recibieron la cuarta dosis.   | // IÑAKI ABELLA

Una usuaria de Servisenior tras recibir la primera dosis. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Unas semanas más tarde se administró la segunda dosis al tiempo que se convocaba a sanitarios, docentes y personal de seguridad para iniciar la pauta de vacunación, bien con Astra Zéneca, Moderna o Pfizer, en función de las dosis que llegaban a los centros de distribución en Santiago de Compostela.

Eran tiempos de muchos altibajos y grandes restricciones a la movilidad, después del duro confinamiento unos meses atrás. Los casos se disparaban por zonas y había cierres perimetrales, almendras que comprendían uno o más ayuntamientos.

Una de las usuarias de Servisenior tras recibir la primera dosis de la vacuna a finales de 2020.   | // IÑAKI ABELLA

Los cribados con PCR también se realizaron en Fexdega. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

De ahí que la concienciación ciudadana fuera cada día mayor y que la llegada de vacunas para toda la población fuera recibida con resignación y expectación a la vez, sobre todo por “responsabilidad”. Al llegar marzo, abrió en Vilagarcía el vacunódromo de Fexdega en el que el Sergas convocó a los vecinos de todo O Salnés para la primera dosis.

El pasaporte COVID

La segunda llegaría a los tres meses, aproximadamente, hacia el mes de junio, lo que ya era suficiente para conseguir el pasaporte COVID; y luego la tercera. No fue hasta el otoño del pasado 2022 cuando a los mayores de 60 se les proporcionó la cuarta inyección, ya con muchos menos protocolos que en la primera.

Porque como, muchos recordarán, la experiencia de marzo de 2021 fue especialmente complicada. Había muchas dudas sobre la efectividad inmediata pero también sobre los efectos adversos.

Ansiedad

Todo ello en un recinto que generaba incertidumbre no solo por el miedo a la reacción del medicamento sino también por la presencia de un equipo de enfermeros pertrechado hasta los dientes, con EPI, FPP2, gorros, guantes y hasta pantuflas sobre los zapatos. Unos profesionales que advertían de los posibles efectos adversos y que obligaban a permanecer a los vacunados en espera durante al menos quince minutos. Hubo hasta desmayos, especialmente por razones de ansiedad.

Lo que sí quedó perfectamente demostrado es que muchos tuvieron que soportar durante algunas horas fiebre, dolor de garganta y reacciones como hinchazón en el brazo del pinchazo; algo que a día de hoy ya no preocupa a casi ninguno de los pacientes.

El otro recuerdo imborrable es el de las gigantescas colas de espera para la administración de las sucesivas dosis de vacuna, que en ocasiones daban vuelta al recinto ferial, lo acordonaban.

Ritmo frenético

Una situación que preocupó inicialmente pero que han sabido gestionar a la perfección los integrantes del equipo de vacunación de O Salnés que establecieron un trepidante ritmo y un orden casi marcial con el que despacharon eficazmente el problema.

La experiencia de vacunación global se comprobó especialmente en la tercera dosis, cuando en junio del año siguiente, las colas de pacientes se resolvían en un abrir y cerrar de ojos.

Ya en esas fechas solo era obligatorio el uso de mascarillas. Médicos, enfermeros y auxiliares le habían perdido el miedo al contagio y ya ni siquiera era necesario hacer espera para comprobar los efectos de la vacuna. Se convirtió en la nueva normalidad.

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La propagación de COVID en China y las medidas de prevención en los aeropuertos para frenar nuevos contagios podrían abrir las puertas a nuevas campañas de vacunación masivas, tras concluir la administración de la cuarta dosis a los mayores de 60 años Queda aún por completar la pauta la mayor parte de la población gallega a la que se administró un máximo de tres dosis. Cabe recordar que en la última campaña, a la mayor parte de los vacunados se les proporcionó el suero de Pfizer que es efectivo contra las nuevas variantes, si bien aún se desconocía la kraken que ya entró en Asturias desde Estados Unidos.

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