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Un laberinto para cruzar el centro de O Grove

Solicitan autorización para una manifestación y anuncian un lleno en el pleno del día 26 | Freno a los Camiños Escolares Seguros

Concentración de los vecinos de O Grove el pasado sábado en Terra de Porto. | // FDV

La protesta del sábado en O Grove ha sido solo un primer aviso a navegantes. Los vecinos están dispuestos a emplear todos los recursos a su disposición para reconducir las obras en el paseo de Lordelo y de Alexandre Bóveda, sin descartar un interdicto de paralización judicial que podría empantanar los trabajos como ya ocurrió durante un año en el tramo entre el llamado Cruce do Guardia y Conchases.

La concentración en Terra de Porto simboliza una declaración de guerra al gobierno local, en particular al alcalde socialista Cacabelos a quien acusan de actuar despóticamente, sin consultar a vecinos, hoteleros o comerciantes que consideran la obra un verdadero despropósito y que advierten de que si prosigue, las calles de O Grove se convertirán en una ratonera.

De ahí que en estos días que quedan para la celebración del pleno ordinario, el próximo 26 de septiembre, estén preparando una manifestación que recorrerá el centro de la villa meca una vez que sea autorizada por la Subdelegación del Gobierno, a la vez que recogerán firmas y convocan a todos los interesados a reservar hueco en sus agendas para asistir masivamente a la sesión plenaria donde quieren leer una moción relativa al problema.

Los organizadores subrayan que el alcalde se limitó a exponer en una reunión hace mes y medio, celebrada en el Club de Remo Mecos, la intención de realizar obras al acabar el verano, pero afirman que en absoluto ofreció las claves.

De ahí que al comenzar los trabajos hace una semana saltaran todas las alarmas, al comprobar que el paseo de Lordelo pierde uno de los carriles de circulación, lo que implicará un desvío por un laberinto de callejones intransitables, con curvas de noventa grados y obstáculos que obligarán a los autobuses a usar carriles-bici y aceras para dar giros imposible de 90 grados.

Explican los portavoces que la obra va a afectar a los vecinos de Porto Meloxo, Virxe das Mareas, rúa do Conde, rúa do Sol, Holanda, O Vento y un largo etcétera, por lo que en absoluto es descabellado que se muestren indignados, pero sobre todo preocupados porque obligan a dar rodeos tremendos e innecesarios por los callejones del centro. “Lo que antes era una separación de cien metros ahora va a implicar un rodeo de cuatro kilómetros”, exponen los afectados que están dispuestos a gastar todos los cartuchos y energías en esta batalla.

Y es que además subrayan, el centro de O Grove va a perder un importante número de plazas de estacionamiento, en una zona sin alternativas “¿Qué vamos a hacer con nuestros coches?”, si se suprimen todos los espacios en una calle de edificios antiguos que no tienen garajes ni alternativas.

Pero sobre todo ponen en tela de juicio las contradicciones del alcalde Cacabelos y le recuerdan que la cita electoral está a la vuelta de la esquina. “En O Grove se habían implantado los llamados Camiños Escolares Seguros y resulta que ahora todo el tráfico se deriva a esas calles recomendadas, precisamente cuando ya comenzó”, pues consideran que acecha un mayor peligro para los peatones.

El PP reprocha la improvisación

En el Partido Popular, la todavía portavoz Beatriz Castro expresó el apoyo a la reivindicación vecinal en tanto que las obras de Lordelo y Alexandre Bóveda supondrán una transformación absoluta del tráfico en el centro de la localidad. Castro considera una aberración la canalización de coches, camiones y autobuses por el entramado de estrechas calles del centro y que la circulación se derive hacia Terra de Porto con los consecuentes atascos, en ocasiones de una hora, para salir de la localidad. La concejal popular critica a Cacabelos por no haber consultado a los vecinos y comerciantes afectados por el proyecto y “ni siquiera contar con un informe de la Policía Local, simplemente porque nunca lo pidió”. Y lamenta que se tomen medidas improvisadas y sin previo aviso de calles cortadas por las obras. “Las señales de prohibición aparecen donde uno menos se lo espera”, advierte. Existe, eso sí, un informe que se solicitó a la Universidad de Vigo sobre cómo se verá afectado el tráfico y que se basó en las imágenes de unas cámaras en las que ya se podían observar algunas retenciones.

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