Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arquitectura gallega y Recuperación de inmuebles históricos

La casona de los Calviño, en venta

El edificio, erigido a mitad del siglo XIX en Lores es un auténtico ejemplo de la arquitectura paciega gallega

Uno de los salones de la vivienda en la que todavía se conserva mobiliario. | // IÑAKI ABELLA

Naturales de Amil (Moraña) y atraídos por la costa, la potentada familia Calviño, acabó por asentarse en el bajo Salnés en la segunda mitad del siglo XIX. De los cuatro hermanos afincados en la localidad, dos lo hicieron en Lores, Claudio como médico y José María como cura párroco.

A la postre, Claudio Calviño contrajo matrimonio con María Domínguez, vinculada a una familia terrateniente, con la que se estableció en esta casona y cuya construcción se remonta a mediados del pasado siglo XIX.

El jardín aterrazado es uno de los elementos importantes de la construcción. | // IÑAKI ABELLA

Se trata de una edificación situada en el céntrico lugar de A Laxe, colindante con la carretera EP-9205 que atraviesa Lores, y que marca la subida al promontorio de San Benito.

Entrada principal a la vivienda. | // IÑAKI ABELLA

El patrimonio Calviño crecía en Lores con este entronque. No en vano, el linaje es recordado por la memoria colectiva de los mayores de la parroquia como “dueños de medio Lores”, con buena parte de las fincas ubicadas desde la casona solariega hacia la iglesia parroquial y el valle en sus manos.

En el jardín se hallan árboles centenarios, entre ellos una araucaria. | // IÑAKI ABELLA

De aquel matrimonio nacieron a finales del siglo XIX tres vástagos, en las personas de José, Manuela y María Calviño Domínguez. Al primero le fue legada esta casona, la cual conoció de su mano la ampliación para recrear la espectacular estampa que ofrece hoy.

Impresionante casona de los Lores Calviño en Meaño y que se encuentra a la venta en una inmobiliaria arousana. | // IÑAKI ABELLA

La edificación cuenta con semisótano, dos plantas y bajocubierta. Dotada de techos altos, imponentes balcones, galería luminosa y terraza-mirador, aúna un total de 368 metros cuadrados. El semisótano había albergado en sus años bodega y leñera.

El hórreo no podía faltar en la propiedad. | // IÑAKI ABELLA

A partir de ahí, se accede a la planta noble por una escalinata señorial que conduce a una entrada configurada por una portada en tres vanos, que combina madera, forja y cristal.

Escalera interior en curva, típica en la época. | // IÑAKI ABELLA

Tras ella se abre un amplio recibidor alicatado con ventana de grandes dimensiones coronada en arco de medio punto. Luego, en sus años señoriales, la planta albergaba comedor y cocina, estancia esta última por la que se ofrece un segundo acceso por naciente desde el camino de la parte alta de la Congostra.

La campana de la chimenea, aún en buen estado. | // IÑAKI ABELLA

Por su parte, en aquellos años la segunda planta albergaba seis dormitorios. Añadido, sobre el vestíbulo de la primera, se abre una amplia galería acristalada. Este espacio mantiene aún hoy el viejo piano de pared, que antaño sonaba en la casona para deleite de quienes tenían ocasión de escucharlos.

Portón principal de la casona en la que estuvo Ornella Muti | // IÑAKI ABELLA

Balconadas emblemáticas

Las dos plantas se coronan por el norte con sendas balconadas continuas y de grandes dimensiones que, sostenidas cada una por cuatro imponentes ménsulas, dotan al inmueble de ese aire aristocrático.

Arriba, el ático se completaba con dos dormitorios para el servicio doméstico y una espaciosa terraza-mirador que se mantiene aún hoy con vistas al mar (A Lanzada, A Toxa). Sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de Meaño.

En el exterior, por norte y poniente, la casona cuenta con una enorme finca dispuesta en varios niveles, amurallada con tapias de piedra que, al ser construidas por su parte del mediodía al biés, atesora un valor añadido.

La hacienda cuenta con una amplia zona ajardinada, que incluso alberga algunas especies centenarias, como una araucaria, un ciprés de grandes dimensiones, varias camelios y árboles frutales.

La casona de los Calviño, en venta

La propiedad se completa con un vetusto hórreo de cinco claros, apostado en doce pies de piedra, más un monumental cruceiro que fuera trasladado al interior a mediados del siglo XX, y que también dota el conjunto de un aire palaciego tan propio de la época.

Añoranzas y recuerdos

Desde Málaga, donde vive afincada desde hace más de dos décadas, Begoña de Eguía Calviño nos ayuda a recomponer la historia. A sus 69 años reconoce que “Lores representa para mí el recuerdo de una infancia que fue lo más feliz de mi vida”.

“Podría visitar Pontevedra -admitía-, pero a Lores se me hace imposible regresar, porque supondría un golpe emocional tremendo el ver la casona y el pueblo que tan feliz me había hecho en los años jóvenes”.

Una Begoña de Eguía que hace suyo aquello de la canción de que “a los lugares donde una ha sido feliz, mejor no regresar”.

Orígenes

Abogado de profesión, José Calviño contrajo matrimonio con Dolores Iglesias Babé. Fruto del mismo nacieron las hijas María del Carmen (1925) y María Dolores (1927).

En su condición de republicano, la Guerra Civil y el régimen franquista le llevaron con su familia al exilio. A su regreso, ya casadas ambas hijas, respectivamente, con Avelino de Eguía San Martín y Jaime Novia Jiménez, la casona se convirtió en punto del encuentro en vacaciones estivales, a donde solían llegar cada verano desde Madrid donde vivían.

Esta casona fue heredada al alimón por las hermanas María del Carmen y Dolores Calviño Babé. Antes de fallecer ellas, las pusieron a la venta por primera vez hace unos ocho años.

De mano del nuevo dueño, la propiedad acabó por avatares en manos del Banco Santander y, ahora, a las de un reciente propietario que la había adquirido a la entidad bancaria, pero que, al cabo, decidió ponerla de nuevo en el mercado.

Hasta la fecha y en todo este periplo, el Concello no atisbó interés por la compra por aprehender con esta casona un legado para la historia colectiva, para cuyos fines públicos tiene habilitado la Xunta diversas líneas de subvenciones.

Compartir el artículo

stats