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Tirados en la carretera: alumnos desplazados del Bouza Brey al Cotarelo quedan sin autobús

Una veintena de padres se quejan de que el transporte urbano deja a sus hijos en una zona sin aceras, arcenes ni pasos de cebra

Los padres hablan con la subdirectora del Cotarelo, ayer en la calle Ameixeiras, sin aceras ni arcenes. | // IÑAKI ABELLA

El servicio de transporte escolar de los alumnos trasladados del instituto Bouza Brey al Cotarelo Valledor sigue generando malestar entre un buen número de padres. En un primer momento, se había alcanzado un acuerdo para que los estudiantes excluidos del transporte escolar convencional pudiesen ir en el autobús urbano de Vilagarcía, pero una veintena de padres ha mostrado su rechazo con esta fórmula porque el bus no llega al instituto, sino que deja a los estudiantes en el peligroso cruce de la carretera PO-549 con la calle Ameixeiras.

“Los dejan justo donde no hay aceras”, alerta una madre. La situación es doblemente peligrosa a la vuelta, pues para coger el autobús a la salida del colegio no solo tendrán que caminar de nuevo por una calzada sin aceras, sino también cruzar la carretera general, ya que la parada en sentido Vilagarcía está del lado derecho.

“Los obligan a cruzar una carretera que está siempre llena de tráfico, por un tramo de tres carriles y donde no hay ningún paso de peatones”, se quejan los afectados.

Aceptan la alternativa del autobús urbano, pero si deja a los estudiantes cerca del instituto

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Los alumnos que han quedado fuera del transporte escolar residen en Vilaboa, Cornazo o Fontecarmoa, entre otros lugares. Eran estudiantes de ESO y Bachillerato del Fermín Bouza Brey, que este curso han sido trasladados a la fuerza al Armando Cotarelo Valledor, pues el Bouza Brey se ha convertido en un CIFP, un centro específico de formación profesional.

La Consellería de Educación se comprometió en su momento a que todos los alumnos desplazados tendrían bus escolar, pero esta promesa no se ha cumplido. Además, los padres se preguntan qué criterios ha utilizado la Xunta para asignar las plazas en el transporte, puesto que hay alumnos de Vilaboa que sí podrán ir en el autobús, y otros no. “Hay vecinos que viven justo detrás de mi edificio que sí tienen plaza en el autobús, y en cambio nosotros no”, se queja una madre.

Los afectados recuerdan además que el traslado no fue a instancias de las familias, sino una decisión forzada por la Xunta. “Nosotros no cambiamos a los niños porque quisiéramos, sino por obligación”.

Sí estarían dispuestos a aceptar la alternativa del transporte mixto, de modo que los estudiantes fuesen en el transporte urbano convencional, pero siempre y cuando el autobús los dejase cerca del instituto y los recogiese en el mismo sitio que el transporte escolar convencional. Lo que no van a aceptar es la propuesta actual, con paradas alejadas tanto de los domicilios como del centro educativo, y obligando a los alumnos a recorrer cientos de metros a la lluvia por vías sin aceras ni pasos de cebra.

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