Los automovilistas que recorran la PO-531 entre Vilagarcía y Pontevedra contarán a partir de octubre con tres nuevas estaciones de servicio que ofrecen otros tantos y diferenciados conceptos para repostar.
Los tres proyectos promovidos en Vilanoviña por Cepsa-Carrefour, y Petroprix así como el de Sequeiros (Barro) bajo la firma Baratoil se suman a una importante oferta de combustibles en los poco más de 25 kilómetros que separan ambas ciudades, pero confían en captar clientes suficientes para hacer rentables sus empresas.
Y es que la oferta es sugerente en todas ellas.
Así Cepsa apuesta por una superficie amplia en la que servirá los distintos tipos de carburantes desde gasolinas de 95 y 98 octanos a gasóleos normal y extra, como en cualquier otra de sus firmas. Pero su señuelo va a ser la apertura de una tienda tipo exprés de Carrefour con la que esta empresa tiene suscrito un acuerdo de colaboración desde hace años, de modo que los clientes tienen descuentos en uno y otro establecimiento.
La amplia parcela que se encuentra en la glorieta de Vilanoviña, con acceso también desde Caldas de Reis y San Antoniño de Barro, se completa con infraestructuras para el cuidado completo del coche, pues además de la tienda de recambios, ofrece dos túneles completos de lavado automático y cabinas con mangueras a presión y de aspirado, por lo que cualquier conductor puede dejar como nuevo su vehículo mientras realiza la compra diaria.
Los responsables de la obra admiten que ha habido importantes retrasos en su ejecución sobre todo debido por la tardanza de algunos materiales afectados por la huelga de transportes de principios de año y la demora de suministros. “Hace más de un año que comenzamos los trabajos pero resultó imposible cumplir con las fechas iniciales”, asegura uno de los encargados de la obra.
Por su parte Petroprix se instala a unos 500 metros de esta con la intención de competir duramente en precios imbatibles por las demás gasolineras que existen en la carretera a Pontevedra.
La intención de los responsables es concluir las instalaciones a mediados de octubre, aunque podría demorarse algunas semanas más, algo que ya apenas les influye si se tiene en cuenta que llevan más de cinco años pendientes de la aprobación de este proyecto.
En este caso, los empresarios ofrecerán solo gasolina y diésel básicos, además de un punto de recarga para vehículos híbridos y eléctricos.
La ventaja que ofrecerán a los clientes son los precios. “Los carburantes en las estaciones gallegas de Petroprix son 15 o 16 céntimos más baratos que la media”, afirma el responsable de esta estación.
Autoservicio
Ese abaratamiento se hace posible por el hecho de que la gasolinera será automática y se prescinde de empleados. “Habrá una o dos personas durante los dos primeros meses para ayudar a entender el sistema a los clientes, los cuales solo tendrán que seguir las instrucciones de la máquina”, asegura este trabajador.
Unos kilómetros más allá, en el municipio de Barro y en la esquina del polígono empresarial abrirá también en las próximas semanas la estación de Baratoil, otra low-cost que ya ha instalado los surtidores e incluso el estandarte en el que se fijarán los precios de los combustibles. También cuenta con instalaciones de lavado y cuidado del automóvil.
