La circulación rodada de Vilagarcía vuelve a salir a relucir. Por un lado, debido a que la transformación de la calle Arzobispo Lago avanza a buen ritmo, genera enorme expectación y permite tener una idea aproximada del moderno modelo de ciudad que pretende imprimir Ravella con esta ambiciosa actuación.
Por otro, porque el gobierno local anuncia que, debido a esas obras, la remozada calle de la plaza de abastos (Alexandre Bóveda) recupera el tráfico rodado también los días de mercadillo ambulante (martes y sábados).
Durante unas semanas, y a la espera de que conductores y vendedores se adapten, el tráfico atravesará el mercado con sentido único de circulación, dando salida a los vehículos hacia Valle Inclán (zona del puerto). Más adelante se recuperará el doble sentido, como ya sucede los demás días.
Pero hay que hacer una tercera lectura igualmente ligada a la mejora de Arzobispo Lago, en este caso para aludir a los daños colaterales que genera.
Lo más relevante es que esas obras están haciendo que se multiplique la circulación por calles peatonales como Castelao, Covadonga y Rey Daviña, así como en las plazas de Galicia, España e incluso O Castro.
Vehículos particulares, furgonetas de reparto y camiones –algunos de gran tonelaje– no dudan en invadir esos espacios peatonales en cualquier momento del día, a veces sin respetar los horarios de carga y descarga establecidos y sin atender al hecho de que tales lugares puedan estar repletos de peatones.
En cuanto a los planes para Alexandre Bóveda, en el Concello anuncian que será desde mañana cuando recupere la circulación los días de mercado.
Tal circunstancia obligará a los ambulantes que instalan sus puestos en ese vial a trasladarlos a los emplazamientos provisionales que les indiquen, aunque sin cerrar la puerta a una negociación por si es posible encontrarles otra ubicación que les satisfaga más.
Dan por finalizada la temporada alta
Recuerda Ravella que la apertura de una arteria viaria tan importante como esta también los sábados y martes por la mañana “se fue posponiendo a petición de los propios ambulantes, para facilitarles las ventas” en la campaña estival, “ya que alegaban que cambiarlos podría despistar a sus clientes”.
Pero el ejecutivo da por finiquitada la temporada alta y considera que ha llegado el momento de mover los puestos para no colapsar la ciudad ahora que Arzobispo Lago está cerrada por obras y llega también la hora de retomar el curso académico 2022-2023.
Se trata de recuperar antes de que eso suceda y vuelva a circular el bus escolar “la arteria principal de comunicación del centro urbano”.
Y eso pasa por volver a implantar la circulación en la calle de la plaza de abastos, puesto que se cree “fundamental para aportar fluidez a la circulación y garantizar la movilidad y accesibilidad en el centro urbano”.
En Ravella están convencidos de ello y de que el traslado de una de las dos líneas de puestos ambulantes de Alexandre Bóveda para despejar la calzada, unido a las mejoras en seguridad y accesibilidad introducidas en ella hace unos meses, harán que el tráfico pueda “convivir en harmonía con el propio mercado ambulante”.
En resumen, que “los puestos a trasladar de Alexandre Bóveda se repartirán por las calles del entorno de la plaza de forma provisional, hasta que concluya la reforma de Arzobispo Lago”.
Cuando esto suceda “se colocarán en los emplazamientos definitivos acordados con los ambulantes y los placeros en julio de 2020”; algunos ocupando la propia calle ahora sometida a obras de humanización y embellecimiento.