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El fuego arrasa diez hectáreas en Tremoedo, dos en Meis y una finca urbana en A Illa

El viento fue el enemigo de los servicios de extinción durante toda la jornada

El incendio de A Illa se originó en una zona muy próxima a viviendas. Noé Parga

Pocas jornadas como la de ayer se han vivido en la comarca de O Salnés. Por momentos, la situación recordó a lo ocurrido en agosto de 2006, cuando las alertas de incendios se sucedían por la comarca uno detrás de otro, llevándose por delante todo lo que encontraban. Mientras los servicios de extinción de incendios se encontraban trabajando en Xiabre, la alerta saltó no muy lejos de allí, en la parroquia vilanovesa de Tremoedo.

Allí, las llamas se originaron en las inmediaciones de una pista forestal a la altura del lugar de Cuíña. A pesar de encontrarse muy cerca de las viviendas, el viento lo fue extendiendo hacia una zona boscosa, antes de penetrar en el vecino municipio de Cambados, donde comenzó a quemar parras de albariño. Adrián Baños, edil del Concello de Vilanova y responsable de la comunidad de montes de la parroquia, destacaba ayer que el fuego afectó a unas diez hectáreas de superficie, viéndose favorecido “por el estado en el que se encuentra muchas fincas privadas, en las que abunda la maleza”.

La parroquia vilanovesa lleva más de una década sumida en el proceso de concentración parcelaria, un proceso que todavía no ha entregado los títulos de las fincas que se han parcelado, por lo que los vecinos no están limpiando sus antiguas propiedades, porque ya no serán suyas, ni las nuevas, porque todavía no les pertenecen. En la extinción del incendio participaron tres hidroaviones, un helicóptero y la brigada del polígono industrial de O Campiño, en Pontevedra, así como una motobomba de Poio. Al cierre de esta edición, los servicios de extinción lo tenían perimetrado y trataban de acabar con él.

Un hidroavión lanza su carga sobre el incendio de Tremoedo. | // NP

En el mismo municipio también se registró otro incendio, en el lugar conocido como A Manga, situado en la parroquia de András. En él, la rápida intervención de los efectivos de Protección Civil de Vilanova evitó que pudiese extenderse por una zona arbolada.

El más pequeño de los incendios se originó en A Illa, donde se quemaron apenas 300 metros cuadrados. Sin embargo, originó una situación de mucha tensión, ya que se declaró en plena avenida da Ponte y estaba rodeado de viviendas. Los primeros en detectar lo que ocurría fueron los Guardas Rurales de la Cofradía de A Illa, que alertaron a la Policía Local y los Bombeiros de O Salnés. Estos, en colaboración con los vecinos de la zona, extinguieron las llamas en poco tiempo pese a que estas se habían originado en una finca que se encuentra abandonada y acumula un exceso de maleza desde hace años.

Meis también fue escenario de una situación complicada con otro incendio forestal. A unos centenares de metros del que se registró el pasado miércoles, las llamas devoraron cerca de dos hectáreas de superficie, la mayor parte arbolado, obligando a intervenir a un par de helicópteros que turnaban su actividad con los de Cuíña y Xiabre. Afortunadamente, las llamas no llegaron a poner en riesgo ninguna vivienda.

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