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¿Cuando vas a la playa te conviertes en furtivo?

Mar sale en defensa de los mariscadores tratando de concienciar a los bañistas

La presentación de la campaña, con representantes de la cofradía y de la Corporación junto a Rosa Quintana y el alcalde, José Cacabelos. FDV

La Consellería do Mar lanza una nueva ofensiva contra el furtivismo, tratando de defender el medio de vida y los ingresos de unos 3.700 profesionales que viven en Galicia del marisqueo a pie.

Su intención es “informar sobre la importancia social y económica del sector del mar, poner en valor la actividad del marisqueo y promover una gestión sostenible de los recursos, desde los puntos de vista económico, ambiental y social”.

Se trata de una campaña de ámbito autonómico a desplegar en medio centenar de playas para concienciar a la sociedad y, sobre todo, disuadir a quienes aprovechan el baño para atentar contra el medio de vida de los mariscadores.

La titular de Mar, Rosa Quintana, quiso que fuera O Grove el lugar elegido para presentar esta estrategia. Más concretamente, acudió a la playa de Area da Cruz, una de las más populares de la localidad meca.

Como también una de las zonas de baño más concurridas y uno de esos lugares en los que se nota la acción de los furtivos cuando llega la bajamar.

“No seas pirata”

La campaña “Del mar se vive” da continuidad a otras tan populares como la titulada “No seas pirata, a la playa se viene a disfrutar, no a robar”, desplegado en 2016.

También se pusieron en marcha desde Mar iniciativas como la aplicación móvil “Non piques, no peques”, que contiene información sobre la época óptima de consumo de los productos del mar.

Flanqueada por el alcalde, José Cacabelos, diferentes miembros de la Corporación y representantes de la cofradía de pescadores, la conselleira quiso dirigirse, de forma muy especial, a los bañistas, ya que el gran objetivo de esta ofensiva es corregir la actitud de muchos de ellos, tratando de acabar con el furtivismo vacacional, estival o de bañador.

De este modo escenificaba la puesta en escena del programa “Do mar vívese” (Del Mar se Vive), dando continuidad a campañas de sensibilización similares desplegadas en el pasado para informar a los ciudadanos sobre la ilegalidad que supone la extracción de marisco sin permiso de explotación.

Riesgo para la salud pública

Además de constituir un riesgo para la salud pública, ya que el consumidor puede acabar ingiriendo producto en malas condiciones si éste llega al mercado por cauces clandestinos.

Gardacostas: vigilancia permanente

Al presentar la nueva campaña de lucha contra el furtivismo vacacional, la conselleira de Mar no solo apeló a la concienciación ciudadana, sino que aprovechó para advertir de que esta práctica está perseguida.

De ello se encarga Gardacostas de Galicia, un servicio dependiente de su departamento que actúa por tierra, mar y aire para velar por los recursos marisqueros y pesqueros de la comunidad.

Al hilo de esto, Rosa Quintana resaltó que “entre junio y septiembre de 2021 Gardacostas realizó alrededor de 400 inspecciones en las playas y su entorno que derivaron en el levantamiento de más de doscientas actas de presunta infracción”.

“El producto extraído y comercializado de manera ilegal puede suponer un riesgo para quien lo consume, al no haber pasado ningún tipo de control que lo avale”, espetó Rosa Quintana.

Abundando en ello, apeló a la sensibilidad de los bañistas, a quienes quiere explicar con esta campaña que los profesionales del marisqueo “siembran el marisco, cuidan las zonas y pagan impuestos por su labor”, alcanzando “un tercio de sus capturas y de la facturación anual de su actividad” en esta época del año.

La conselleira se pone una de las pulseras que forman parte del material promocional, ayer. | // FDV

Dicho de otro modo, que si los bañistas se llevan el marisco de las playas están tirando por tierra todo el trabajo realizado y dejando sin ingresos a muchas familias.

Todo esto explica el desarrollo de “Do mar vívese”, que incluye el reparto de 40.000 trípticos y diverso material promocional, como chalecos y gorros, para las cofradías de pescadores, y bolsas de paño, toallas de playa y camisetas, para los bañistas de los distintos arenales participantes en la campaña.

No va a faltar la organización de juegos y actividades lúdicas, mediante la celebración de talleres en las propias playas dirigidos a personas de todas las edades.

Diferentes calificaciones para una misma lacra

El furtivismo, una de las lacras que azotan a las rías gallegas, puede ser doméstico, vacacional, marginal, recreativo, profesional o “legal”, dependiendo de quién lo practique y de la época del año o del lugar en que se actúe.

Así queda de manifiesto en el informe “El furtivismo marino y su incidencia en la Comunidad Autónoma de Galicia”, encargado hace un par de décadas por la Fiscalía General al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Estas son las claves:

  • Furtivo "legal"

Se considera así a todo aquel que, gracias a que dispone de permiso de explotación marisquera y goza de todos los requisitos que benefician a cualquier mariscador o pescador profesional, se dedica a capturar ejemplares de talla inferior a la permitida o que están en veda.

También se considera furtivo legal al que habitualmente supera los topes establecidos y, en definitiva, a todo aquel que se aprovecha de su condición de pescador o mariscador para colocar en el mercado unas capturas ilegalmente obtenidas.

  • Furtivo doméstico

Se engloba en esta categoría a “personas que residen en los municipios costeros, generalmente personas mayores y marineros jubilados que por uso y costumbre recolectan ejemplares para consumo propio”.

En su informe, la Guardia Civil hacía constar que el furtivo doméstico “parece estar socialmente aceptado, al ser oriundos de la zona y no generar alarma social”.

  • Furtivo vacacional

Es la categoría referida a cuantos durante sus periodos de descanso, sobre todo en verano, acuden a las zonas costeras y/o de baño para “recolectar ejemplares de fácil acceso”, especialmente almejas, berberecho y navajas, realizando una extracción “generalmente destinada a consumo propio”.

El informe de la benemérita añade que “su aceptación social varía de unos lugares a otros, en función del perjuicio que esa actividad puntual pueda causar a otros usuarios”.

  • Furtivo marginal

Es el “furtivo con carencias de integración social y necesidades económicas; personas que por sus circunstancias personales se encuentran en alguna situación de falta de integración social, por presentar psicopatologías adictivas y comportamientos y conductas de desarraigo tales como toxicomanías, alcoholismo, desempleo crónico por falta de adaptación y similares”.

Según la benemérita, “la tolerancia a este tipo de furtivismo es bastante amplia en términos generales, aunque representa, al igual que el resto de conductas, una parte del problema”.

  • Furtivo recreativo

El mismo informe hace alusión a “personas que, amparadas por sus licencias de pesca recreativa, capturan especies para las que no están autorizadas o no respetan los topes de captura y las introducen, a posteriori, en el mercado alimenticio, mediante la venta directa a restaurantes o particulares”.

A lo que añade que, en algunos casos, “esta actividad es llevada a cabo como complemento económico a otras ocupaciones profesionales”.

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