Aunque bien es cierto que se llevan a cabo importantes campañas de lucha contra la basura marina, cada vez más intensas, frecuentes y eficaces, también lo es que la ría de Arousa sigue soportando la llegada de ingentes cantidades de plásticos, un día tras otro.
Uno de los principales focos de contaminación se encuentra en los mercadillos ambulantes próximos al mar o los ríos, ya que, a pesar de las tareas de limpieza llevadas a cabo por los diferentes Concellos, y de la colaboración de algunos vendedores –no todos–, siguen quedando tirados demasiados restos de basura que acaban en el agua.
Volvió a constatarse ayer, cuando una ligera brisa se encargaba de depositar en el río Con una notable cantidad de plásticos, cajas de cartón e incluso botes de refrescos y otras bebidas que habían quedado tirados en la calle a raíz de la celebración del mercado ambulante.
Antes de que llegaran los servicios municipales de limpieza, esos residuos ya flotaban en el cauce fluvial, por lo que muchos de ellos iban directos a la ría arousana.
Y es, hay que insistir, solo un ejemplo, ya que este tipo de episodios también se han denunciado en ocasiones anteriores en O Grove, Cambados y Ribeira, entre otras localidades arousanas donde los mercados ambulantes se instalan próximos al mar.
Es cierto que hay vendedores que dejan sus puestos totalmente recogidos y sin basura de ningún tipo. El problema surge con los que no lo hacen.