O Salnés y su estrecha relación con la sal

El arqueólogo vilagarciano Vicente Caramés muestra en el “espaVila!” la histórica relación que justifica que el topónimo de la comarca se deba a la explotación salina

Vicente Caramés, junto a la concejala Alba Briones, en la presentación del “espaVila!”.

Vicente Caramés, junto a la concejala Alba Briones, en la presentación del “espaVila!”. / Noé Parga

Quizá no sean muchos los que sepan de la estrecha relación que O Salnés y la producción de sal guardan desde tiempos inmemoriales, un marcado vínculo que se convirtió en el factor diferenciador de la comarca hasta el punto de convertirse en la raíz etimológica de su topónimo. De eso y de muchas otras cuestiones relacionadas versó la charla que abrió el programa de actos del “espaVila!” en A Peixería impartida por el arqueólogo vilagarciano Vicente Caramés.

“O Salnés fue una tierra de producción de sal desde la época romana”. Con esta afirmación Caramés localizaba el enlace que justifica el nombre dado a una comarca que, aunque pocas, todavía conserva evidencias de un pasado como potente productor de cloruro de sodio. “Están documentados restos de salinas en Cambados, como el molino de mareas citado en la Edad Media. En Noalla hubo una de las más importantes y también hubo cubetas en O Facho”, apunta el arqueólogo.

Caramés Moreira considera que todavía queda mucho recorrido a la hora de descubrir vestigios relacionados con la producción salina

Además de lo que ya se conoce, incluyéndose el Museo de Salazón en Punta Moreiras, Caramés Moreira considera que todavía queda mucho recorrido a la hora de descubrir vestigios relacionados con la producción salina. “Estamos recomponiendo poco a poco el escenario de lo que fue la explotación de sal en base a los hallazgos que se van acumulando en los últimos años, pero todavía queda mucho terreno por andar en esta materia. Todavía hay mucho que descubrir”.

Apunta además en este sentido un dato que ayuda a comprender lo que era la explotación de los recursos naturales en las economías más primitivas. Sostiene el responsable de conservación del Museo del Mar de Vigo que “cada zona que se conoce como una junquera tiene muchas posibilidades de haber sido un lugar de producción de sal. Hay muchas referencias sobre ello”.

Entre las evidencias que demuestran esa profunda relación entre la comarca y la sal, Vicente Caramés también hizo alusión al origen de lugares como la playa de As Sinas o también el enclave de As Salinas en Noalla. Tampoco pasó por alto las salinas localizadas en la zona de O Rial. “Es un tema al que me aproximé hace cerca de veinte años porque siempre tuve mucha curiosidad sobre la relación entre topónimo y paisaje en la zona además de donde soy. Además, la explotación de sal es un tema apasionante”, expuso el ponente del “espaVila”.

De la identificación entre comarca y el elemento salino ya datan referencias en el siglo VI. Añade Caramés que “también en el Concilio de Lugo ya aparece localizado como territorio salinense. Un nombre que tenía que ver con una explotación importantísima de los recursos pesqueros en la época romana, sobre todo entre los siglos I y IV, pero también hay noticias de actividad en la Edad Media y en la época moderna”.

Considera factible la recuperación de la actividad

Vicente Caramés no ve ninguna quimera en la posibilidad de que O Salnés vuelva a reactivarse como productor de sal. Es más, considera que el “espaVila!” es un foro ideal para proponer esta posibilidad en favor de la promoción económica y turística de la comarca. En su opinión, “poner en valor todo el vínculo de la sal y O Salnés iría en favor de recuperar no solo un recurso turístico, diferenciador o patrimonial, sino también en beneficio de la propia economía”.

En la misma línea, Vicente Caramés explica que no se refiere “a explotar la producción de sal a niveles industriales, sino como la posibilidad de ofrecer un producto exclusivo. Hay un recorrido amplio para recoger esa idea. Y es que de la ría de Arousa ya solo queda por explotar las lapas y la propia sal”. Añade que “es una realidad económica posible y es una idea que pueden recoger las cofradías y convertirse en algo rentable. No solo económicamente, también en cuanto a su imagen”.

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