Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Familias unidas por el amor a las Bandas de Música

Cuatro miembros de una familia forman parte de la Banda de O Rosal que asistió al XXX Festival de Meaño

Andrés Fernández flanqueado por sus hijos Manuel y Lucía, intgerantes de la Banda de Meaño. | // I.ABELLA

Los 37 años transcurridos desde aquel 1985, en que se estrenaba la Banda de Música de Meaño tras su refundación, amén de los 30 años del festival meañés, daba para que dos generaciones familiares compartieran el sábado escenario en Meaño.

En la propia BUMM, dos familias. De una parte, Andrés Hay Hermida y Soledad Fernández Viñas, él saxofonista y ella trompetista de la banda, cuya relación cristalizara en matrimonio en el año 2003. De ellos, dos vástagos, uno Manuel, que con 15 años es saxofonista de la banda, y otra, Lucía (oboe) que se estrenaba precisamente el sábado con la BUMM en el festival. Andrés Hay reconocía que “el compartir, no solo banda, sino el festival con mis dos hijos era una de esas ilusiones que fue creciendo conforme ellos se fueron decantando por la música”. Un Andrés Hay que, además, tiene en su haber ser músico desde la misma refundación de la banda, siendo el único integrante que tocó en los 30 festivales celebrados en Meaño.

"Compartir, no solo banda, sino el festival con mis dos hijos era una de esas ilusiones cumplidas"

Andrés Hay - Músico en la BUMM

decoration

El otro vínculo familiar era el de Daniel Portas (trombonista) y sus dos hijas, Lara y Rocío Portas Carballa. La primera es clarinete de la BUMM quien, a la par y a sus 19 años, acaba de completar los estudios del Grado Profesional de Conservatorio. Y la segunda, con 16 años, cursa segundo de flauta de Grado Profesional en el Manuel Quiroga de Pontevedra. Natural de Simes, Daniel Portas recordaba sus inicios: “Empecé a los 13 años yendo a clases con el entonces director de la banda, Manuel Lores, que era mi vecino, y con 14 me estrené en el festival, cuando era la segunda o tercera edición”. Portas hizo del trombón su profesión, no en vano es hoy músico funcionario de la Banda de Música de Santiago, labor que, a la par, combina con la labor formativa, impartiendo clases de trombón en las escuelas de Silleda y Beade. “Mi idilio con el trombón -explicaba-, no fue el primero, sino que, en realidad, me inicié con la trompeta, pero Lores me convenció para que me pasase al trombón, que era un instrumento del que estaba cojo la banda”.

"La música surgió como algo natural en mis hijas viéndome a mí estar tocando a menudo en casa”

Daniel Portas - Trombonista de Meaño

decoration

La pasión de sus hijas por la música, reconoce, “no fue inducida, sino que en ellas surgió como algo natural viéndome a mí estar tocando a menudo en casa”.

La banda de Silleda contaba también con uno de estos núcleos familiares, mayor aún si cabe, por cuanto con ella compartían escenario el matrimonio integrado por Manuel Vidueiros, él tuba, e Irene Fuentes, ella clarinetista, a los que sumaban a su hija Rosalía, que tocaba la trompa.

“Nos conocimos cursando Magisterio musical -recordaba Manuel Vidueiros en relación a su esposa- y la convencí para a venir de Carballo a tocar con la banda de Silleda, y así nos casamos unos siete u ocho años después”. Ambos, maestros de profesión, comparten pasión con su hija por la banda, a la que suman una segunda, Saínza, clarinete que a sus 12 años toca en la formación juvenil de Silleda y que en breve completará cuarteto familiar”.

Tres núcleos familiares en O Rosal

Por su parte la Agrupación Musical de O Rosal era la que más núcleos familiares sumaba aunando a cuatro sobre el escenario. Entre ellas, Nieves Álvarez, flautista, que fuera músico fundadora de esta agrupación y que, con tan solo 10 años, acudía por primera vez como flautista con la Banda de O Rosal a participar en 1991 en el entonces primer festival meañés. Una participación que repitió en las cinco ocasiones más que esta banda estuvo en Meaño a lo largo de sus tres décadas. El sábado, Nieves Álvarez compartía escenario con sus hijos Rubén (tuba) y Ana María (flauta), no pudiendo concurrir el tercero de sus hijos, Manuel, también músico en la banda rosalina.

"La tercera generación se resiste, pero quizás en unos años puedan sumarse más miembros de la familia"

Nieves Álvarez - Flauta en la Banda de O Rosal

decoration

O Rosal sumaba tres núcleos familiares más, compartiendo, con Sito (trombón), su esposa Montse (saxo) y su hijo Andrés (fagot); Rafa (tuba) y su hija Alba (clarinete); y, la tercera, que era la que integraban Montse (clarinete) y un hijo en la percusión.

“La tercera generación -apuntaba Nieves Álvarez- se resiste, pero quizás en unos años pueda sumarse, porque alguna de estas familias tiene ya nietos pequeñitos. Y es que en algunas casas la música se respira como el aire, y los niños se contagian fácilmente por esta pasión”.

Compartir el artículo

stats