En las décadas de los 80 y 90 era fácil ponerle cara y nombre a los grandes capos del narcotráfico gallego. Hoy, eso es mucho más difícil. Las organizaciones se han atomizado en numerosas bandas más pequeñas y que cooperan a menudo entre sí, y son más herméticas y discretas que las que dirigían sus antecesores. Sin embargo, esto no significa que hayan desaparecido completamente los grandes grupos delictivos, y en Galicia operan “entre cuatro y cinco organizaciones” capaces de mover alijos de droga a “gran escala”. Así lo afirma el teniente Alfonso Pozaco, jefe del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO), de la Guardia Civil.
La Fundación Galega contra o Narcotráfico celebra hoy en Vilagarcía su gala anual, en la que entregará las Nécoras de Ouro a personas y entidades que se han significado por su lucha contra los problemas derivados del consumo y el tráfico de drogas. Uno de los premiados será precisamente el ECO Galicia, un equipo de élite de la Guardia Civil que opera desde 2006 y que tiene en su haber importantes operaciones contra los clanes gallegos.
Alfonso Pozaco sostiene que, en la actualidad, todavía existen grupos autóctonos que compran la droga en origen y que la venden posteriormente, si bien “entre el 90 y el 95 por ciento de los casos” trabajan ya como comisionistas. En muchos casos, los dueños de la droga contactan directamente con sus clientes, y la función de los narcos gallegos consiste en alijarla en alta mar y llevarla hasta tierra.
El jefe del ECO en Galicia desvela que esta comunidad sigue siendo una de las principales puertas de entrada de cocaína en Europa, y que en la actualidad las organizaciones más fuertes que compran esa droga son las integradas por ciudadanos colombianos, holandeses de origen magrebí, y traficantes procedentes del Este de Europa. De hecho, cuando hace unos años se apresó a un miembro del conocido como clan de “Los Pasteleros”, más tarde se pudo saber que en la cúspide de la trama había dos ciudadanos serbios. También se han detectado en los últimos años grupos de Croacia, Albania y Bulgaria.
Alfonso Pozaco señala que también se ha detectado la presencia en Galicia de traficantes mexicanos, si bien por el momento no ha sido posible atribuirles operación alguna en la comunidad.
“Las bandas del Sur valoran mucho a los pilotos gallegos de planeadoras por su experiencia”
Precisamente, la llegada de narcos de México o de Europa del Este ha generado una cierta preocupación en los últimos años, debido a la extrema violencia que ejercen en sus países. Pero el jefe de ECO Galicia confía en que esas prácticas no se trasladen a la comunidad. “Los gallegos son más discretos, más inteligentes. Saben que si la situación cambia y se les va de las manos las autoridades y el Gobierno se les echará encima, como ocurrió no hace mucho en el Campo de Gibraltar. A ellos les interesa adoptar un perfil bajo, discreto, y seguir trabajando”.
Contenedores y el Levante
El teniente Alfonso Pozaco explica que los grandes capos mundiales apuestan actualmente por introducir la droga en veleros, o en contenedores a través de puertos como los de Algeciras, Valencia o Barcelona, donde la vigilancia es complicada debido al ingente volumen de mercancías que entran y salen a diario. En el caso del hachís, la puerta de entrada por excelencia se ha trasladado al Levante y llega a las Baleares y Cataluña. Pero no es raro encontrar gallegos en las operaciones. “Las bandas del Sur valoran mucho a los pilotos gallegos de planeadoras por su experiencia”.
Finalmente, Alfonso Pozaco ha querido agradecer la distinción de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, y resalta el trabajo de esta entidad. “Realiza una gran labor concienciando a los jóvenes sobre el peligro de las adicciones”.
