Como estaba previsto, la Organización de Productores de Mejiillón de Galicia (Opmega) fue una de las estrellas del foro organizado en Madrid por la Organización de Productores de Pesca del Puerto y Ría de Marín (Opromar) y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tendente a analizar los retos financieros y legislativos de este tipo de entidades.
Fue allí donde el gerente de Opmega, Lino Suárez, dejó patente todo el potencial de esta entidad, haciendo hincapié en el papel que desempeña su planta de congelado y envasado de vianda y de mejillón en media concha, situada en Boiro.
Aclaró el ponente, y lo ratifican los organizadores del congreso, que con este proyecto se cumplen varios objetivos de la Organización Mundial del Comercio, como la mejora de las condiciones de comercialización de los productos de la acuicultura y la identificación de las salidas para comercializar y/o canalizar la producción”.
Hay que explicar que en esa moderna unidad productiva de Opmega se congela el mejillón de máxima calidad con “una finalización que sigue los estándares IQF y un glaseado uniforme del producto”.
Una vez congelado, “el producto sale directamente en la sala de envasado, garantizando que se evita cualquier tipo de contaminación”. Para ello, “la climatización de la sala es vital, así como el uso de la maquinaria necesaria para su distribución en cajas, con un pesaje exacto y homogéneo, en envases que garanticen la conservación del producto, el correcto etiquetado y la trazabilidad”.
Lino Suárez detalló que el molusco “se almacena previamente en cámaras a 0 grados” y que “a continuación entra en el túnel del congelado a través de una cinta de alimentación con elementos vibradores y oscilantes que lo reparten uniformemente y evitan que se solidifique, accediendo después a una segunda zona en la que se congela utilizando una técnica de flotación, para que las viandas no se unan entre ellas”.
Le siguen procesos como el “glaseo”, con el cual “se recubre con una solución acuosa para preservar todas las características organolépticas”. A continuación llega el “secado”, es decir, “la cristalización y secado rápido del mejillón, obteniendo un producto de calidad separado y sin escarcha”.
El gerente de Opmega añadió en su intervención que de la planta de Boiro puede salir “oro negro” de batea a granel, en cajas de cartón de un máximo de 10 kilos con una bolsa interior; o en bolsas individuales, con un peso que oscila entre los 200 y 1.000 gramos, introducidas en cajas de cartón para su paletizado, almacenamiento y conservación”.
Paralelamente, los organizadores de este foro destacan la intervención de Ignacio Gandarias, director general de Ordenación Pesquera y Acuicultura de la Secretaría General de Pesca.
Y todo porque avanzó algunas medidas a implementar con el Real Decreto con el que se adaptará la base legislativa actual al nuevo Fondo Europeo Marítimo, de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA). De hacerse realidad “modificarán sustancialmente la regulación actual de las organizaciones de productores de pesca”, aducen en el sector.
