Concello, cofradía y varias agrupaciones de mejilloneros de A Illa han solicitado una serie de entrevistas a Portos de Galicia para tratar de frenar el proyecto de construcción de una segunda nave en la punta de O Aguiúncho, una iniciativa que ha levantado una importante contestación en el sector y que la Administración local ha asumido por “imperativo legal”.

En esas reuniones se le planteará a la responsable de Portos de Galicia, Susana Lenguas, la necesidad de disponer de un espacio en la dársena para la actividad portuaria habitual de mariscadores y bateeiros, ya que esta “va a quedar muy limitada con la construcción de este edificio”. Todos ellos cuentan con proyectos alternativos para ocupar ese espacio, pero presentados mucho tiempo después de que la nave comenzase a superar las trabas legales.

A las críticas lanzadas desde el sector se sumaron durante el fin de semana los integrantes del colectivo Arousa en Transición, que consideran la iniciativa un “terrible impacto visual que cerrará parte de la fachada marítima del casco urbano”. Entienden que en ningún momento se ajusta a los proyectos de sostenibilidad que demandan y que va a convertir parte de la fachada marítima del municipio en un “polígono industrial”.

El proyecto para la construcción de esta nave comenzó a tramitarse hace más de un año. El estudio fue superando todo tipo de trabas burocráticas, incluso el de las alegaciones en contra, después de estar durante el mes de mayo en exposición pública. Durante todo ese período no se registraron alegaciones en contra, ni siquiera de la Administración local. El proyecto siguió superando escollos burocráticos hasta que llegó la autorización lo que les ha permitido comenzar a trabajar en la zona para construir una importante nave para la hibernación de embarcaciones en A Illa.

Desde el varadero siempre han dejado claro que la obra se va a ejecutar con todos los permisos que les exige la Ley, “fue un procedimiento legal y transparente” para utilizar un espacio sin uso dentro de la explanada portuaria. El resto de proyectos llegarían después de que se superase la fase de alegaciones.