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David Muñoz Profesor de tuba y de la masterclass de música en Meaño

“Unos sencillos aparatos usados en fisioterapia mejoran la capacidad pulmonar de los músicos”

David Muñoz Velázquez con su tuba en Meaño.

El profesor zamorano, David Muñoz, afincado profesionalmente en Canarias donde ejerce como titular de tuba en el Conservatorio de Música Superior de Las Palmas, impartía una curiosa masterclass de metal grave en Meaño. Organizado por la Escuela Municipal de Música, contaba también con otras disciplinas como la trompeta, flauta y saxo, además de un taller de batería. Al ciclo se sumaba además David Muñoz como ponente de la conferencia de “Técnicas y aparatos de respiración aplicados a la música”.

–Musicalmente, ¿con qué se encuentra al llegar a Meaño?

–Sabía de la existencia y la calidad de una banda que es muy conocida en el mundo bandístico en España. Al estar aquí, sorprende como en un pueblo tan pequeño como este, la música de banda cale de esa manera. Lo primero que les dije a los alumnos al llegar a Meaño ha sido que aprovechen este momento, y que aprovechen este lugar. Las bandas de música gallegas han crecido, está siendo un movimiento con mucho calado. En Asturias, a lo largo de mis 14 años en Gijón, no se veía por asomo este movimiento, lo que sí, en cambio, parece empezar a atisbarse en Canarias.

–¿En qué centraba la conferencia impartida en Dena?

–En cómo los músicos de viento, tanto de metal como madera, poniendo el foco de atención en la respiración, pueden sacar mayor partido de su instrumento. Primero, con ejercicios posicionales de respiración, y luego tirando de aparatos para potenciar la capacidad pulmonar, y mejorar así técnicamente con el sonido.

Numerosas posibilidades

–¿Cuál es el elenco de aparatos de respiración aplicados a la música y qué presentaba en Dena?

–Existen varios: la bolsa de respiración, el inspirón, el espirómetro, el breat builde, el trifló… En su mayoría funcionan como aparatos médicos destinados, en muchos casos, a trabajar con gente sometida a cirugía torácica, con la que, de lo que se trata, es de recuperar su capacidad pulmonar con fisioterapia respiratoria, valiéndose así de estos aparatos. Fue en los años 60 cuando Arnold Jacobs, tubista de la Sinfónica de Chicago, decidió poner el foco en la respiración y comenzó a investigar en cómo sacar partido en la música de viento a estos sencillos aparatos médicos que se utilizaban en hospitales. Fruto de ello, el propio Arnold Jacobs se convirtió en uno de los grandes pedagogos musicales de la segunda mitad del siglo.

–En la enseñanza de metal grave: ¿cuál es su primera recomendación para el alumno con su respiración?

–De partida, lo importante es que tome conciencia de cómo inspirar y expirar, haciendo ejercicios sin ayudas externas. Luego, en el caso de detectar que el alumno tenga la garganta un poco cerrada o algún otro problema, o mismo en el caso de tener que potenciar la capacidad pulmonar, es ahí donde entran en juego estos aparatos.

Trabajar control y potencia

–¿Por cuál de ellos recomendaría empezar?

–El primero sería el tubo respiratorio, un aparato muy sencillo, basado en un tubo con 2 centímetros de diámetro por 10 de largo. Ese tubo lo metemos en la boca y con él trabajamos el control y potencia de la inspiración y de la expiración, teniendo que mover a través del tubo mayores volúmenes de aire. Luego, me gusta pasar al breat builder, que es un buen constructor de la respiración: en él, con un tubo y una pelota de tenis de mesa dentro una cápsula cilíndrica, jugamos con el aire buscando mantener la pelota en lo alto con el mínimo esfuerzo.

–¿Dónde se pueden adquirir estos aparatos?

–Últimamente se encuentran ya en tiendas de música, porque se empiezan a demandar. En otros casos, alguno como el trifló se puede adquirir en farmacias, porque es un aparato de fisioterapia respiratoria que muchos médicos piden para trabajar con gente que adolecen capacidad pulmonar.

–¿En qué precios se mueven estos aparatos?

–No son caros. Son aparatos sencillos, que solo trabajan con nuestro aire y cuyo precio suele oscilar, dependiendo del aparato, marca y modelo, entre 7 y 25 euros.

–¿Cuánto puede mejorar su capacidad pulmonar un músico con estos aparatos?

–Cualquier persona, según los estudios realizados y con médicos y fisioterapeutas detrás, con el espirómetro pueden incrementar la capacidad de sus pulmones en un 80 por ciento, que es una barbaridad en términos de movimiento de aire. De lo que se trata es de trabajar la flexibilidad del tórax. Nuestra máxima capacidad está en torno a los 20-22-25 años, según se trate de hombres o mujeres, y a partir de ahí, esa flexibilidad se pierde con la edad. Con los ejercicios y con estos aparatos, lo que tratamos es de no perder esa flexibilidad, que los pulmones sigan pudiendo funcionar con mayor capacidad de aire. Como humanos que somos, vivimos del aire, al ejercitar nuestra caja torácica y nuestros pulmones, respiraremos mejor, y si hacemos llegar el aire a todos los rincones, nuestras células estarán mejor preparadas para regenerarse.

“La solidaridad con los palmeros también les puede llegar a través de la música”

–¿Qué registros del instrumento son más exigentes con el aire?

–En los de viento metal, las notas graves exigen mayor volumen de aire. Por su parte, las más agudas, lo que piden no es una cantidad mayor de aire, sino más presión. Por lo general, con los instrumentos el viento madera sucede igual.

–¿Cuál es la pauta que recomienda con los ejercicios?

–Hacer ejercicios de respiración, antes de tocar: entre 5 y 8 minutos, de ellos 5 con ejercicios de respiración con el propio cuerpo, seguido de 3 minutos con estos aparatos. Luego intercalar 5 minutos en medio de cada sesión de tocar, poniendo así por un momento distancia sobre el instrumento, porque quizás los nervios u otras circunstancias nos estén limitando, y así volvemos a poner el foco en la respiración para mejorar desde ahí.

–¿Estos aparatos se incluyen en la docencia musical reglada?

–En los últimos años está habiendo un cambio, cada vez más profesores se avienen a emplearlos. En mis conferencias los alumnos se sorprenden al conocerlos y saber de su utilidad. Los profesores ya sabían de ello, pero no existía hábito de su empleo en el aula. Ahora sí empiezan a ganar su espacio.

–¿Entiende que debían figurar entre el equipamiento de los conservatorios y escuelas de música?

–Por supuesto, cualquier centro que se precie deber tener estos aparatos para hacer mejorar a sus alumnos de instrumentos de viento.

–Por otra parte, y dado que es el tema de actualidad, ¿cómo se vive desde Gran Canaria la situación del volcán de La Palma?

–Con mucha solidaridad, mucha gente quiere irse a La Palma para ayudar en lo que haga falta. Incluso con mi familia tengo un viaje emplazado para verlo y para echar una mano in situ. Una solidaridad que también llegará desde la música, hay que buscar dinero donde sea para ayudar a la gente de La Palma.

–¿Se percibe algún efecto del volcán en Gran Canaria?

–No, como estamos a 200 kilómetros de La Palma no hemos percibido temblores de tierra, ni nos llega ceniza alguna, los alisios limpian mucho el aire.

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