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Los biólogos localizan hasta seis especies que amenazan los bivalvos comerciales de Arousa

Embarcaciones en O Bohído, uno de los grandes bancos del libre marisqueo en Arousa. | // IÑAKI ABELLA

El ser humano es el principal depredador de especies como las almejas, berberechos, navajas, mejillones, vieiras o volandeiras. Pero no el único. Los biólogos han constatado la presencia en la ría de Arousa de hasta media docena de especies exóticas invasoras que suponen un peligro para los bivalvos de interés comercial, ya sea porque se alimentan de ellos o porque compiten con ellos por la alimentación.

En algunas cofradías, la presencia de estos nuevos animales ya se ha convertido en un grave problema para el sostenimiento de ciertos bancos marisqueros. El biólogo Rafael Bañón Díaz es una de las personas que más ha estudiado la introducción en Galicia de las especies exóticas, y cita en un estudio publicado en la “Revista Galega dos Recursos Mariños” hasta media docena de especies foráneas cuya presencia tendría que preocupar a pescadores, mariscadores y autoridades vinculadas a la pesca.

Un ejemplo de ello es la Rapana venosa, procedente de las aguas de Japón y China, que ha sido considerada como responsable de la desaparición de especies como la ostra, la vieira o la volandeira en amplias zonas del este de Europa. Se detectó por primera vez en Galicia en 2007, en la ría de Arousa, 60 años después de haber sido registrada en el Mar Negro.

El “Bolinus brandaris” (canaílla) y “Hexaplex trunculus” (busano), también se alimentan de bivalvos (en su caso, principalmente de almejas y berberechos), y llegaron a convertirse en una pesadilla en O Grove, hasta el extremo de que pusieron en jaque la producción marisquera de la ensenada de A Toxa.

En A Illa sufren desde hace tiempo la presencia de una caracola cuyo nombre científico es “Ocinebrellus inortatus” y de la “Crepipatella dilatata”, una lapa que forma aglomeraciones tan densas de individuos que en algunas ocasiones llegó a obturar las tuberías de industrias depuradoras de mariscos.

Las invasoras buenas: desde el “wakame” hasta la almeja japónica o la ostra rizada

Algunas especies exóticas invasoras se comercializan muy bien, de ahí que sean vistas con benevolencia por el sector, pese a que en su camino desplazaron del ecosistema a otras especies autóctonas. Uno de los ejemplos más paradigmáticos de esto es la almeja japónica, o japonesa.

Procede de Asia, y fue introducida en Galicia en la década de los 70 del siglo pasado. Se trata de una almeja muy resistente y con una gran capacidad de adaptación al medio. Se ha reproducido tan bien que hoy es la variedad reina en las concesiones de a pie. De no ser por ella, cabe la posibilidad de que la actividad económica de las mariscadoras no fuese viable económicamente hoy en día, o al menos que no lo fuese con el esfuerzo extractivo actual.

Otra especie introducida de forma premeditada es la llamada ostra rizada, que llegó en los 80 a las bateas gallegas por su mayor resistencia y crecimiento con respecto a la nativa. En el caso de las algas, la Unnaria pinnatifida es una especie originaria del sureste asiátrico. Se detectó por primera vez en el Mediterráneo en 1971, probablemente introducida de forma accidental durante los transportes marítimos de ostra. En Galicia fue vista por primera vez en las bateas de mejillón de O Grove, en 1988.

Esta alga es el “wacame”, y tiene un enorme interés comercial. Se empezó a recolectar en las rías de Aldán, Ares-Betanzos y Camariñas, y desde hace unos años la Cofradía de A Illa es una de las más trabajan este recurso en Galicia. Según datos oficiales, en 2020 recolectaron más de 80.000 kilos de algas, con un volumen de negocio superior a 65.000 euros.

Los expertos también llaman la atención sobre la presencia de “Corella eumyota”, llegada a Galicia a través de la ría de Vigo en 2003, que puede suponer un peligro tanto para el mejillón como para la ostra; o de “Limnoperna securis”, un tipo de mejillón que puede portar un protozoo causante de una grave enfermedad para mejillones y ostras autóctonos. La “Crepidulla fornicata”, por su parte, es una amenaza para vieiras y volandeiras.

En Galicia hay inventariadas más de 500 especies exóticas, la mayoría terrestres. Se han registrado unas 130 marinas, pero no todas se consideran “invasoras”, pues esta denominación solo se le da a aquellas que provocan alteraciones en los hábitats y el desplazamiento de las especies nativas.

La ría de Arousa es uno de los “puntos calientes” de introducción de estos animales por una serie de factores, como la relativa calidez de sus aguas, el volumen de barcos de todo tipo que surcan la ría o la gran implantación de la acuicultura.

La Consellería do Mar se ha comprometido a realizar un estudio sobre las poblaciones de "ouxa" en la ría de Arousa

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De hecho, se cree que algunos de estos moluscos arribaron a las costas gallegas debido al tráfico de mercancías internacional (Vilagarcía tiene un puerto de Interés General), o el transporte de cría de ostra y almeja desde el Mediterráneo.

Los biólogos recomiendan mucha precaución y que se intensifiquen las inspecciones veterinarias, pues advierten de que, “es prácticamente imposible controlar o erradicar una especie ya introducida, de ahí la importancia de establecer planes de prevención”, en palabras de Rafael Bañón Díaz.

Las “ouxas”

Las “ouxas” son rayas, y no son exóticas, pero se han convertido en un grave quebradero de cabeza para los mariscadores, pues se alimentan de grandes cantidades de almejas y berberechos. Las cofradías de Rianxo y Carril han llegado a pedir a la Xunta de Galicia un plan de eliminación (o al menos de control) de esta especie, para evitar los daños en las concesiones marisqueras. Sobre esto, la Consellería do Mar respondió ayer que, “somos conscientes de esta situación”, y que se va a elaborar un estudio, “sobre la población de raya en la ría de Arousa, con el objetivo de analizar posibles soluciones”.

En todo caso, la Consellería trasladó en una reunión reciente a Rianxo y Carril, que la captura de “ouxas” está sujeta al Total Admisible de Capturas (TAC), que depende de la Unión Europea.

O Grove protege su marisco de las “ouxas” con el empleo de redes

La Cofradía de O Grove también padece en sus bancos marisqueros la presencia de las “ouxas”. Para limitar la acción de este y otros depredadores, se ha optado por cubrir con redes las zonas donde se siembra la cría de bivalvos.

La bióloga del pósito indica que esta medida es bastante efectiva en el control de la acción de los depredadores, pero que a cambio exige a los mariscadores estar muy pendientes del estado de las redes, para evitar la excesiva acumulación de algas y otros restos. O Grove es uno de los pósitos arousanos que más tiempo llevan luchando contra las especies exóticas invasoras.

En sus aguas se han detectado ejemplares de varias, aunque las que más daño hacen en los bancos marisqueros son la “canaílla” (Bolinus brandaris) y el “busano” (Hexaples trunculus). De hecho, en 2016 la Cofradía inició un plan de recogida específica de estos dos animales procedentes del mar Mediterráneo, que habrían llegado a Galicia en los años 80 del siglo pasado. Los datos de las capturas realizadas durante estos trabajos revelan que, año tras año, decrece el volumen de postas recogidas, pasando de los 2000 kilos de 2015 a los apenas 950 de la pasada primavera.

Este dato es positivo, pero enseguida enfría el optimismo el hecho de que en cambio está aumentando el volumen de ejemplares adultos capturado. La pasada primavera, la empresa contratada por el pósito grovense retiró 3.200 kilos de “busano” y 480 de “canaílla”, cifras superiores a las del anterior ejercicio.

La bióloga de la Cofradía considera que esto puede significar que, “o bien estamos fallando en el periodo de tiempo en que hacemos la retirada, o que algo está cambiando en la distribución de estas especies”. De todos modos, la técnica asume que erradicar estas especies no será posible. “Va a ser muy difícil eliminar por completo la ‘canaílla’ y el ‘busano’. Lo que tenemos que intentar es que no se traslade a otras zonas”.

En estos momentos, la “canaílla” y el “busano”, están localizados en la ensenada de A Toxa, lugar en el que también se ven las “ouxas” en mayor número. Otra de las estrategias del pósito grovense consiste en incluir ambos animales en los planes de explotaciones de marisqueo (tanto a pie como a flote), para que puedan ser capturados y vendidos en lonja. Sin embargo, por el momento apenas ha despertado el interés de los compradores.

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