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El enoturismo también se disfruta en verano con la Ruta do Viño Rías Baixas

Las degustaciones de albariño se complementan con rutas entre viñedos, visitas a bodega y todo tipo de actividades. Iñaki Abella

El verano, y más aún si resulta tan meteorológicamente atípico como el actual, puede convertirse en una época propicia para realizar visitas a bodegas y viñedos, catar los mejores vinos y, en definitiva, saborear el enoturismo en toda su extensión.

Este mensaje, que cobra una fuerza especial ahora que el sector vitivinicultor se sitúa a las puertas de una nueva vendimia, es el que divulgan en la Ruta do Viño Rías Baixas par dar a conocer sus establecimientos asociados –un centenar– y las actividades que promueven.

Se cita, por ejemplo, a firmas como Terras Gauda, Lagar de Fornelos, Granbazán, Gil Armada, Terra de Asorei, Mar de Frades, Pazo Baión, Pazo de Rubianes o Pazo de Señoráns, entre otras muchas en las que “disfrutar de experiencias enoturísticas inolvidables”.

La gastronomía también está muy presente en la oferta de la Ruta do Viño. Iñaki Abella

Y eso sin olvidar la posibilidad de encontrar “restaurantes y alojamientos con encanto, con spa y todo tipo de instalaciones para disfrutar de la época estival”, a lo que se suman “las propuestas de ocio y culturales del Museo Etnográfico do Viño”.

Con todo ello, gallegos y visitantes están en condiciones de compaginar naturaleza, degustaciones, catas y visitas a bodegas y viñedos, en algunos casos en compañía de enólogos u otros expertos con los que “descubrir de primera mano las bondades del albariño el caíño blanco y demás variedades autóctonas” producidas en las diferentes subzonas de la Denominación de Origen vitivinícola Rías Baixas.

Al igual que “se podrán realizar paseos entre viñedos y conocer una de las parcelas más extensas” de ese territorio protegido.

Así lo destacan en al Ruta del Vino, donde, además, publicitan otras actividades con las que “disfrutar del entorno paisajístico en lugares paradisíacos, como bonitas terrazas y vistas a la ría u otros espacios naturales”.

No faltan “las visitas a huertos, bosques autóctonos, la práctica del senderismo ni los paseos en barco por la ría de Arousa”.

Todo ello, resaltan en la organización, para llevar al enoturista “de paseo por la historia de la viticultura en Rías Baixas”, permitiéndole igualmente deleitarse con una arquitectura “que acoge históricos pazos, casas solariegas e incluso originales construcciones que emulan a un château francés o una antigua vaquería reconvertida en bodega”.

Para terminar, la Ruta do Viño ofrece el servicio de comedor de algunas bodegas en las que “disfrutar de la gastronomía gallega”.

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