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Ricardo Santamaría, presidente de Ahituvi: “Pongo mi cargo a disposición de los socios”

Caravana de protesta de la hostelería arousana en la que participó Ricardo Santamaría y que se desmadró al llegar a Vilagarcía.

La hostelería vilagarciana se encuentra inmersa en una crisis interna tras los desafortunados acontecimientos ocurridos el domingo a mediodía, cuando un grupo de participantes en la caravana que recorrió la comarca contra las restricciones al sector desembarcó en Vilagarcía, abandonando los coches y dirigiéndose a pie hacia los locales que estaban abiertos para increpar e insultar a sus propietarios. El presidente de Ahituvi, Ricardo Santamaría, secundó a título individual la movilización (la caravana), y aunque lamenta lo sucedido porque “no estuvo bien”, ha decidido “ponerse a disposición de los socios” para que sean ellos los que determinen su futuro al frente de la Asociación de Hosteleros de Vilagarcía. Para ello convocará en breve una asamblea.

"No me siento culpable, pero sí en parte responsable"

Santamaría no se siente culpable de lo ocurrido, pero sí “en parte responsable” porque fue el encargado de coordinar la protesta en la capital arousana. “Lo de bajarse de los coches e ir caminando por los locales fue algo totalmente improvisado. Si lo llego a saber, hubiera avisado a los hosteleros afectados, la mayoría miembros de la asociación y amigos”.

"Lo de bajarse de los coches e ir caminando por los locales fue algo totalmente improvisado. Si lo llego a saber, hubiera avisado a los hosteleros afectados, la mayoría miembros de la asociación y amigos”

Ricardo Santamaría - Presidente de la Asociación de Hosteleros de Vilagarcía

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Según el relato de Ricardo Santamaría, cuando la caravana retomó la marcha tras la concentración en A Illa, se dirigió a Vilagarcía. “Había varias cabeceras dispersas y se acordó que nos reubicásemos en la explanada TIR porque en Carril no íbamos a tener sitio para tantos coches [participaron más de doscientos]. Yo no cerrara ni el mío cuando la gente empezó a tirar hacia los bares. Primero pararon en el Bonsay y siguieron. No estuvo nada bien. Puedo entender que les animen a cerrar, pero no es normal increpar a las personas. Yo estaba alucinando”, confiesa el hostelero, quien aclara que no todos los que participaron en la caravana se dedicaron a abuchear a los empresarios vilagarcianos que decidieron mantener abiertos sus negocios. “Después me llamó gente de A Illa y de Cambados lamentando la situación”, admite.

A Illa, Cambados y Vilanova

En la caravana participó de forma masiva la hostelería de Cambados, Vilanova y A Illa, mientras que la de Vilagarcía lo hizo en menor medida. De la directiva de Ahituvi se sumaron tres personas, además de otros hosteleros de la ciudad a título individual. Concretamente de Carril hubo una gran representación.

Sin duda los últimos acontecimientos acaecidos en Vilagarcía (llegaron a proferirse insultos como “usureros” o “peseteros” y a vandalizar la escultura que Platis tiene en el Stocolmo) empañaron una protesta que hasta ese momento había transcurrido con absoluto civismo y estaba respaldada de forma mayoritaria por el sector y parte de la ciudadanía.

“Lo importante de la movilización del domingo fue que la mayoría del sector apoyó la reivindicación, de una forma u otra”, opina el presidente de Ahituvi en alusión a la demanda realizada a la Xunta para que “cambie de rumbo” a la hora de establecer las restricciones y siempre “castigue” a este sector.

El polémico cierre a las 17.00 horas

Muchos locales de Vilagarcía cerraron sus puertas a las 17.00 horas, tal y como habían acordado por mayoría, según la versión de algunos locales increpados por los manifestantes porque estaban abiertos al público a la hora del vermú, cuando se produjeron los abucheos.

Otros, sin embargo, secundaron la huelga todo el día (como el propio Ricardo Santamaría), sumándose así a la totalidad de la hostelería cambadesa, vilanovesa e isleña.

Ahora deben ser el medio centenar de socios de Ahituvi los que decidan si quieren seguir teniendo como presidente al dueño de La Malquerida o no. “Cuando la gente empezó a calentarse yo quise quedarme para ver lo que estaba ocurriendo. Fue muy desagradable porque había gente que estaba sufriendo. Duró unos minutos, pero se me hizo eterno”, recuerda el hostelero, que tuvo que intervenir en el escrache frente al Pepe Quilé.

La dueña de esta tapería de la avenida de A Mariña denunció ante este periódico la “violencia” sufrida por parte del grupo de manifestantes, que la insultaron, viviéndose momentos de gran tensión en los que a punto se estuvo de llegar a las manos. Afortunadamente la sangre no llegó al río.

El fin de semana se salda con 21 denuncias por incumplir el aforo en las terrazas

El fin de semana se saldó en Vilagarcía con treinta denuncias de la Policía Local a establecimientos hosteleros por infringir las normas sanitarias relativas a las terrazas. Según informa el Concello, 21 casos se corresponden con incumplimientos del aforo, que se sitúa por normativa en un máximo del 50% (en el nivel alto de restricciones) y sin embargo estaban todas las mesas y sillas ocupadas.

Por incumplimiento de horarios se tramitaron cuatro denuncias y por exceso de ruido, dos. Incluso los agentes detectaron un local que tenía las 24 sillas de su terraza ocupadas y carecía de medidor de CO2 cuando todavía tenía en trámite su licencia de apertura, por lo que se le abrió expediente.

Por otra parte, la Policía denunció a cuatro establecimientos de ocio nocturno (con licencia de discoteca o sala de fiesta) que incumplieron la orden de cierre. Dos de ellos se encuentran en la TIR y otros tantos en las inmediaciones de la avenida de A Mariña. También durante el fin de semana el Concello registró cuatro llamadas de quejas vecinales sobre la celebración de fiestas privadas.

Desde el Ayuntamiento consideran que “la gran mayoría de los hosteleros y de los propios vecinos cumplen con las normas” y que la Policía constató la “escasa” incidencia del botellón en zonas públicas. Con todo, Ravella hace un nuevo llamamiento al “sentido común y a la responsabilidad individual y profesional de hosteleros pero también de clientes”.

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