El 27 de junio de 1993 A Lomba estalló por última vez de máxima felicidad. Aquel Arosa dirigido por Félix Carnero consiguió el último ascenso a Segunda División B con la victoria sobre el River salmantino por tres goles a cero. 28 años después la larga espera por un éxito similar puede tocar esta tarde a su fin y ello es lo que también esperan los últimos héroes del arosismo. Integrantes de una plantilla mítica con el añadido de haber sentido en sus carnes el escribir con letras de oro la historia del club siendo canteranos y vilagarcianos.
Aquel Arosa dirigido por Félix Carnero consiguió el último ascenso a Segunda División B con la victoria sobre el River salmantino por tres goles a cero. 28 años después la larga espera por un éxito similar puede tocar esta tarde a su fin
Manuel Casal, Gabriel García, Nacho Fernández y Javier Fontán pisaban en la mañana de ayer el césped de un escenario que un día fue suyo y sobre el que libraron una gran gesta. Junto a ellos, también saben lo que es ascender con el equipo de su vida otros compañeros formados como futbolistas en las entrañas del club como Alfonso González, Maikel Naujoks, Carlos Leites, Pena, Javi Cambre o Miguel Ángel Carballa.
Deseosos de convertirse hoy mismo en el penúltimo Arosa en ascender a Segunda B, la añoranza de los momentos vividos aquel 1993 todavía estremece. “El Arosa es un sentimiento. No hay palabras para describir lo que uno siente cuando se pone esa camiseta. Me acuerdo de todos los partidos que he jugado de arlequinado y daría todo lo que tengo por jugar un partido como el de hoy otra vez”, afirma Nacho Fernández.
El Arosa es un sentimiento. No hay palabras para describir lo que uno siente cuando se pone esa camiseta. Me acuerdo de todos los partidos que he jugado de arlequinado y daría todo lo que tengo por jugar un partido como el de hoy otra vez
El que manejaba una de las mejores zurdas que se vieron en A Lomba, hijo de Tatá, otro arosista de renombre, y padre del aún infantil Manuel, recuerda emocionado cuando su hijo le dijo por primera vez que su mayor ilusión en el fútbol es vestir la arlequinada.
Javier Fontán también fue un baluarte en aquella defensa que fue la menos goleada de toda España aquel 1993. Además del nombre, también quiere ceder a su hijo Javier, integrante del actual Arosa, el testigo del ascenso. “Es una experiencia muy bonita. También sufrimos muchísimo con una exigencia brutal en cada entrenamiento para lograrlo, pero todo aquel esfuerzo mereció la pena”.
Es una experiencia muy bonita. También sufrimos muchísimo con una exigencia brutal en cada entrenamiento para lograrlo, pero todo aquel esfuerzo mereció la pena
Una temporada épica que Manuel Casal tuvo que terminar desde la grada por una grave lesión de rodilla. “Era titular y capitán, pero en noviembre me lesioné. Éramos un equipo con mayúsculas. Fue un orgullo defender la camiseta del Arosa y más aún haber sido capitán. Solo me queda la pena de que mi hermano no me pudo llegar a ver como jugador del Arosa. Es una sensación imborrable haber formado parte de todo aquello”.
Éramos un equipo con mayúsculas. Fue un orgullo defender la camiseta del Arosa y más aún haber sido capitán. Solo me queda la pena de que mi hermano no me pudo llegar a ver como jugador del Arosa
Con apenas 20 años Gabriel García se encontró con un éxito casi inenarrable. “Aquel ascenso fue espectacular. Estábamos físicamente como motos y A Lomba reventaba el día del ascenso. Fue la mejor temporada de mi carrera y ascender en casa fue algo que no se me olvidará nunca en la vida”, señala y en lo que concuerda con un Alfonso González que dice conservar la camiseta de aquel día como “si de un tesoro se tratase”. Añade el que fuera número 7 hace 28 años sobre A Lomba que “era infantil y soñaba con jugar en el Arosa. Fue un sueño hecho realidad y un orgullo enorme jugar con el equipo de mi ciudad en una gran categoría tras el ascenso”.
Estábamos físicamente como motos y A Lomba reventaba el día del ascenso. Fue la mejor temporada de mi carrera y ascender en casa fue algo que no se me olvidará nunca en la vida
Unos héroes que claman un relevo en la historia más reciente de los 75 años de la entidad.