Las aves de África veranean en O Grove

Observación de aves en A Toxa.

Observación de aves en A Toxa. / M. Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Ya se explicó en ocasiones anteriores que observar las aves puede convertirse en una buena terapia, además de constituir un atractivo turístico añadido en municipios como O Grove. El Concello incluso recomendó esta actividad hace meses presentándola como una forma de superar la pandemia, ya que, con los confinamientos, cierres de hostelería y demás medidas restrictivas introducidas durante el estado de alarma a causa del COVID, tratar de localizar a los pájaros sin salir de casa podía ser una forma entretenida de pasar el rato.

Ahora puede añadirse que en esta época del año algo tan sencillo como el avistamiento de especies también puede trasladar a vecinos y visitantes a la mismísima África.

Y es que, una vez completado el proceso migracional prenupcial, son muchas las especies que han regresado del continente africano para ocupar sus zonas de cría, lo cual enriquece un espacio protegido tan importante como la Reserva Ornitológica O Grove, gestionada por la Sociedad Español de Ornitología (SEO/BirdLife).

Desde esta organización conservacionista y el propio Concello, en este caso a través de su Proyecto de Inversión Ornitológica, insisten en recomendar la contemplación de aves y hacen hincapié en esa presencia de especies “africanas” en estas latitudes.

Son “aves que vienen del continente africano y llegan a la Reserva Ornitológica para nidificar, por lo que solo hay que agudizar los sentidos para verlas, principalmente el oído y la vista, aunque si es posible también es aconsejable llevar unos prismáticos y una sencilla guía de aves”.

De este modo, “en nuestro municipio podremos disfrutar de las golondrinas comunes, aves cantarinas que parlotean desde los cables o mientras vuelan y nidifican en lugares como San Vicente do Grove, moviéndose para alimentarse por el istmo o la playa de A Lanzada, la laguna de A Bodeira” y otros enclaves de la península meca.

La laguna de A Bodeira.

La laguna de A Bodeira. / FdV

Desde el PIO, dependiente de la concejalía de Medio Ambiente, que dirige la socialista Ángeles Domínguez, señalan también que otros visitantes destacados son los vencejos comunes, “más urbanos que las golondrinas y que hacen los nidos bajo las tejas de las casas o en las ranuras de sus fachadas”.

Abubilla

Al igual que puede descubrirse en las zonas rurales “a la ‘exótica’ abubilla común (Upupa epops), de color canela, blanco y negro”. Como también, con un poco de suerte, a una visitante africana tan llamativa como la cada vez más escasa tórtola europea, cuya presencia en estas latitudes es sinónimo de la llegada del buen tiempo.

SEO/BirdLife no se olvida de los carriceros comunes que “alegran las mañanas” a los vecinos “desde los bosques de tallos de las zonas palustres”, especialmente en el entorno de la laguna de A Bodeira y los humedales del tómbolo de A Lanzada.

Las lavanderas boyeras, que se caracterizan por sus plumas amarillas, son también visitantes ocasionales de O Grove, en este caso para frecuentar “terrenos llanos, abiertos y húmedos” como la duna del istmo de A Lanzada.

Puesto a repasar la lista de visitantes alados estivales, el PIO se refiere al zarcero políglota o zarcero común, una especie de ave paseriforme que se distribuye por el suroeste de Europa y el noroeste de África en verano, tras invernar en el África subsahariana. Es un pequeño pájaro que “se mueve por cualquier terreno semiabierto con árboles dispersos ligados al agua”, explica el PIO.

El chotacabras europeo

En esta recomendación ornitológica ligada a la época de cría hay que incluir, y así lo hacen el Concello de O Grove y SEO/BirdLife, a las aves nocturnas igualmente procedentes de África, como son el chotacabras europeo, que si bien es difícil de observar “sí puede ser más fácil de oír, ya que a partir de abril emite un ronroneo mecánico con cambios de marcha y algunas pausas cortas que pueden durar horas; algo parecido a un lejano sonido de motor”.

Esta ave en concreto, “frecuenta zonas abiertas con arbolado disperso o lindes de bosques, ya sean bosques mixtos o pinares abiertos del municipio meco”.

Tórtola europea, la abubilla, vencejo, golondrina, carricero común, lavandera boyera.... Son algunas de las especies que, tras pasar el invierno en el continente africano, pueden encontrarse ahora en lugares como A Lanzada y A Bodeira.

Tórtola europea, la abubilla, vencejo, golondrina, carricero común, lavandera boyera.... Son algunas de las especies que, tras pasar el invierno en el continente africano, pueden encontrarse ahora en lugares como A Lanzada y A Bodeira. / PIO

Autillo europeo

También nocturno, el pequeño búho conocido como autillo europeo es otro visitante estival de la península meca. “Se camufla muy bien con la corteza de los árboles”, pero puede ser localizado durante la noche “por su persistente llamada, aflautada y de largo alcance, que puede repetir durante horas”, explican los expertos ornitólogos.

Puede situarse tanto en la zona boscosa del Monte Siradella como en el gran pinar del Parque Forestal de la isla de A Toxa; lugares “ideales para escuchar al autillo europeo en los meses primaverales”.

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SEO/BirdLife Pontevedra se sumaba hace meses a la demanda formulada por esta organización a nivel nacional y reclama al Gobierno de España y a las comunidades autónomas con competencias que se ponga fin a la caza de la tórtola europea, en declive poblacional en toda Europa.

A este respecto, destacaba que países como Francia e Israel, así como Asturias, Canarias, Cantabria, La Rioja, Comunidad Valenciana, la isla de Menorca y la provincia de Álava “ya han adoptado esta medida”.

Observar aves desde la ventana

El pasado mes de diciembre el Concello de O Grove animaba a los vecinos a observar e identificar aves sin salir de casa. Lo planteaba como una forma de entretenimiento, especialmente recomendable ahora que las limitaciones provocadas por el COVID hacen que los ciudadanos pasen más tiempo en sus hogares del que solía ser habitual.

La concejalía de Medio Ambiente, dirigida por Ángeles Domínguez, promovía esta iniciativa y aportaba una serie de recomendaciones o consejos mediante los que sacar partido a esta tarea.

Lo hacía a través de su Proyecto de Inversión Ornitológica (PIO), dejando constancia de que “estos momentos tan difíciles, en los que poco salimos al exterior, pueden ser más llevaderos tan solo con prestar atención cuando nos asomemos al balcón o miremos por la ventana”.

De este modo, tanto a simple vista como con apoyo de unos prismáticos, una cámara de fotos o incluso un teléfono móvil, “podremos disfrutar de muchas aves que se mueven en nuestro entorno y que siempre están despreocupadas y contentas, transmitiéndonos esa felicidad cuando las observamos o cuando escuchamos sus llamadas”, reflexionan los responsables de la política medioambiental del municipio meco.

Con apoyo de la delegación en la provincia de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), lo que hace el Concello con este tipo de propuestas es fomentar el contacto con la naturaleza mediante la observación de esas aves urbanas que, como los gorriones, mirlos, urracas, torcaces, tórtolas y tantas otras “a menudo pasan desapercibidas, pero que viven con nosotros y nos aportan muchos beneficios”.

Cuaderno de campo

Aquellos que quieran seguir este consejo pueden aprovechar para elaborar un registro o censo de las aves avistadas, creando su propio cuaderno de campo “en una pequeña libreta o a través de alguna aplicación para móvil”. 

De este modo pueden anotarse las observaciones diarias haciendo constar la fecha, el lugar exacto de observación y la hora, teniendo presente que los mejores momentos para detectar aves se registran por la mañana o al atardecer.

Incluso conviene anotar qué tipo de condiciones meteorológicas se registran en el momento del avistamiento y, lógicamente, puede escribirse el nombre común del ave localizada y el número de ejemplares. En el PIO apuntan que quienes lo deseen, y se atrevan, incluso pueden hacer algún dibujo del ave.

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