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La flota arousana desplazada al Cantábrico se desespera por la escasez de capturas de “xarda”

Un barco con cajas de caballa, amarrado en Asturias, en una costera de más abundancia que la actual.

Los barcos arousanos que participan en la campaña de la “xarda” en el Cantábrico observan con preocupación el paso de los días, porque no pescan lo que esperaban. Tanto es así que algunos patrones confiesan que incluso barajan regresar a O Salnés sin consumir sus cupos de capturas, “porque lo que no podemos hacer es perder dinero”, sostiene un armador y patrón de O Grove.

La costera de la caballa (“xarda” o “verdel”) del Cantábrico empezó el 15 de marzo pasado. No obstante, los armadores de Cambados no salieron hasta una semana después y varios de los de O Grove esperaron otros diez días más, pues las noticias que les llegaban desde el Norte es que se estaba pescando poco. De eso han transcurrido ya tres semanas, y la situación apenas ha mejorado, a tenor de lo indicado por los patrones consultados por FARO.

“Se pasa mucho trabajo para pescar, las expectativas no son buenas”

José Manuel Mascato - Patrón de O Grove

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El grovense José Manuel Mascato, patrón del “Manuel Mascato”, se queja de que, “el pescado está muy al fondo, no sube”. “Se pasa mucho trabajo para pescar, las expectativas no son buenas”, añade. De hecho, Mascato afirma que tras casi dos semanas de faena no han pescado ni la mitad del cupo que les corresponde, cuando otras primaveras ya deberían estar preparándose para regresar a Galicia.

José Luis Martínez, patrón del “Novo Bolero” de Cambados se expresa en términos similares. “Hay pescado, pero a base de mucho trabajo y de muchas horas”. A modo de ejemplo, explica que en condiciones normales las embarcaciones tocan tierra entre las dos y las tres de la tarde, “y este año venimos con la mitad de xarda y llegamos a puerto sobre las cuatro o las cinco de la tarde”.

“Va a ser una costera complicada, porque no hay el pescado que esperábamos. No se ven los bancos de caballa de otros años, y solo se pesca en algunos lugares muy determinados”

José Luis Martínez - Patrón de Cambados

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“Va a ser una costera complicada, porque no hay el pescado que esperábamos. No se ven los bancos de caballa de otros años, y solo se pesca en algunos lugares muy determinados”, añade.

Por si esto no fuese suficiente, la flota tampoco está del todo satisfecha con los precios, que rondan los dos euros el kilo en el caso de la lonja asturiana de Avilés. “Son algo mejores que los del año pasado, pero tampoco se puede decir que sean buenos para la poca xarda que hay”, sostiene Martínez.

Se disparan los gastos

La brusca disminución de las capturas tiene consecuencias directas sobre la rentabilidad de la campaña para los armadores arousanos. Y es que para completar los cupos de pesca deberán permanecer más tiempo fuera de casa. Esto supone gastar más en alojamiento y en comida, así como hacer más viajes a casa, con el consiguiente coste del combustible.

Tanto es así que José Manuel Mascato sostiene que si la situación no mejora, “incluso habrá que plantearse volver a Galicia sin completar el cupo, porque lo que no podemos hacer es perder dinero”.

Entre tanto, la flota trata de adoptar medidas para reducir en la medida de lo posible los gastos. José Manuel Mascato, por ejemplo, cuenta que el pasado fin de semana, “ya no fuimos a casa”, con el objetivo de alargar lo máximo posible las jornadas de trabajo y, de este modo, tratar de pescar más y de no pasar tanto tiempo en el Norte.

José Luis Martínez, sin embargo, cree que, “mal por mal, ahora que estamos aquí hay que tratar de aguantar, porque si nos vamos de aquí, ¿a qué vamos?”, se pregunta. Por ello, Martínez cree que la flota aguantará, al menos la de Cambados, que es la que él más conoce.

Lo que hacen en el “Novo Bolero” para reducir gastos es regresar a Cambados si las previsiones meteorológicas apuntan a que se encadenarán varios días de mal tiempo. De ese modo, invierten más en combustible, y pasan por la incomodidad de realizar varios viajes largos, pero se ahorran mucho dinero en la manutención diaria.

Prevención del COVID

La presente campaña se desarrolla también con la incógnita del COVID y el esfuerzo necesario para tratar de no contagiarse. No es una tarea sencilla, puesto que los marineros trabajan codo con codo durante muchas horas cada día. Y, ya en tierra, conviven en habitaciones compartidas, ya sea en pisos o en casas de alquiler, y viajan juntos en coche.

Embarcaciones que cambian Burela por Avilés

Los barcos de Cambados amarran en Avilés, mientras que los de O Grove empezaron la costera en el de Burela, al Norte de Lugo. No obstante, algunos armadores mecos han decidido desplazarse hasta el Este, con la esperanza de encontrar alguna zona más propicia para la caballa.

Así lo ha hecho por ejemplo el “Manuel Mascato”, que se ha desplazado desde Burela a Avilés, “y no sabemos donde vamos a acabar”, prosigue su armador, puesto que tampoco están satisfechos con las capturas logradas en el occidente asturiano. El problema, añade, es que los barcos que están faenando más al Este tampoco están para echar cohetes.

El cambadés José Luis Martínez apunta que cuando ellos iniciaron la campaña, a finales de marzo, “éramos entre 15 y 20 barcos en Avilés”, pero que el viernes pasado ya se superaban los 70. Otro síntoma de que la costera no es lo que se esperaba, y de que hay que trabajar mucho para volver a tierra con una pesca mínima.

La “xarda” es una especie migratoria que suele aparecer cerca de la costa en primavera. Pero este año no ha llegado en las cantidades habituales, y no forma los grandes bancos de antaño. La flota artesanal la pesca con líneas de anzuelo, por lo que es necesario que suba hasta la superficie para comer.

Sin embargo, los ejemplares permanecen a gran profundidad, con lo que solo se capturan bien con redes del cerco. “Lo de este año con la xarda no es normal; hay días que se pesca regular y otros que se pesca mal, pero bien, lo que se dice bien, como para llenar las lanchas, no está yendo”, asegura el patrón mayor de La Arena (Soto del Barco, Asturias), Eloy Sopeña, uno de los pescadores asturianos que se ha apuntado a una costera que en condiciones normales debería salvar los muebles de la flota entre marzo y abril. Mientras, el también asturiano Eduardo Cuevas no se queja del rendimiento de la pesca de “xarda” con las redes del cerco, pero admite que el pescado manifiesta este año “hábitos extraños”.

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