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Limpieza de algas y siembra en el productivo banco de O Esteiro

Un tractor lleno de algas abandona la playa de O Castelete. Iñaki Abella

Agachadas durante horas soportando la intensa lluvia de ayer, escarbando milímetro a milímetro para sembrar la que será la futura producción del banco marisquero más importante de Vilanova. Así estuvieron trabajando más de medio centenar de mariscadoras en la ensenada de O Esteiro, en las inmediaciones del puente de O Terrón en la mañana de ayer. Para la realización de estos trabajos se aprovechó la intensa bajamar que se registró ayer durante la mañana. Estos trabajos de siembra se realizan de forma bastante habitual para garantizar la producción del banco más importante del municipio. Saneado desde hace años, O Esteiro permite a las mariscadoras trabajar incluso en mareas en las que no se registra una gran bajamar, una opción de la que carecen otras cofradías del entorno.

Ese trabajo no fue el único que realizaron ayer las mariscadoras, ya que otro nutrido grupo de mujeres se acercó a la playa de O Castelete para retirar un tupido manto verde que comienza a cubrir las concesiones de la Cofradía de Vilanova. La propia patrona mayor, María José Vales, ya alertó la pasada semana del riesgo de que el afloramiento primaveral acabe suponiendo una auténtica invasión de las playas, algo para lo que ya se están preparando las mujeres.

Las algas se han convertido en uno de los grandes problemas para las mariscadoras de Vilanova cada vez que invaden los arenales. La única opción con la que se encuentran es la de retirarlas a mano, contando con la colaboración de agricultores de la zona, que las usan como abono en sus campos de cultivo. Sin embargo, no siempre se puede recurrir a ellos, lo que obliga a buscar otras fórmulas para su eliminación, y no siempre resulta sencillo.

De hecho, uno de los grandes problemas que se encuentran las mariscadoras es la eliminación de las algas, con vecinos y, sobre todo, turistas, que denuncian el mal olor cuando se arrojan fuera de las zonas de marisqueo.

También se llegó a utilizar alguna parcela donde almacenarlo, pero también se encontraron con problemas.

Las mariscadoras, en colaboración con la universidad, también han intentado buscar algún tipo de aprovechamiento económico de las algas antes de que inicien su proceso de descomposición, aunque la pandemia ha ralentizado su puesta en marcha.

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