España se ha convertido hoy en el quinto país del mundo en aprobar una ley que regula la eutanasia o muerte asistida. La norma, que contó con el respaldo de todos los grupos políticos a excepción de PP y Vox que votaron en contra, entrará en vigor dentro de tres meses. Una de las personas que más ha representado esta lucha en Galicia es Ramona Maneiro, pareja de Ramón Sampedro, el hombre que situó el debate sobre la eutanasia en la sociedad. El pasado mes de diciembre, Maneiro ofrecía en FARO una visión sobre una ley que, por aquel entonces, parecía encauzarse 23 años después de la muerte de Sampedro y que, hoy, vuelve a estar de actualidad.
Vecina de A Pobra de 59 años es una de las personas que más luchó para que llegase este momento. Fue la pareja del marino y escritor Ramón Sampedro, que está considerado el primer hombre que solicitó judicialmente la eutanasia en España. Sampedro quedó tetrapléjico con 25 años tras un accidente entre las rocas de una playa. Ramona Maneiro le ayudó a morir acercándole el vaso con cianuro que permitió a Sampedro terminar con su sufrimiento, tras las constantes negativas de los Juzgados a atender sus peticiones. Así lo relató Ramona Maneiro en 2005, una vez prescribió el presunto delito al que podría haberse enfrentado de contar antes la verdad. Ahora observa la proposición de ley de la eutanasia con satisfacción, pero mucho escepticismo. Teme que la derecha la bloquee en las autonomías en las que gobierna y que sea tan restrictiva que deje fuera a muchas personas para las cuales su vida se ha convertido en un constante padecimiento.
¿Qué le parece la ley aprobada el jueves en el Congreso?
Me parece genial, pero aún tengo mis dudas. Creo que los políticos están utilizando este asunto para sus peleas, así que yo prefiero estar con los pies en la tierra.
¿Teme que en las comunidades autónomas gobernadas por la derecha las comisiones que deben examinar las peticiones las rechacen de forma habitual?
Por eso digo que aún queda mucho por pelear y que tengo mis dudas. Porque los que están en contra de la ley van a seguir dándonos la lata.
En la documentación se menciona que las personas que quieran acogerse a una muerte digna deberán tener un "sufrimiento intolerable"¿No es un concepto demasiado restrictivo?
Lo que hay que respetar es la decisión de las personas. Y hay personas que sufren psicológicamente, pese a no tener dolor físico. Cada uno tiene el dolor que tiene.
Algunas encuestas apuntan que más del 80 por ciento de los españoles están a favor de que se regule la eutanasia, y entre ellos hay votantes de la derecha ¿Por qué han tardado tanto los políticos en legislar pese a existir esta base social de aprobación?
A saber los intereses por los que se mueven, no tengo ni idea de por qué han tardado tantos años. Lo que sí sé es que cuando los políticos tienen a un familiar sufriendo de esta forma, no se contentan con darles cuidados paliativos.
¿Es esa la razón por la cual siempre equiparó la regulación de le eutanasia con la del aborto en los años 80?
Sigo creyéndolo. Está claro que hasta ahora ha habido gente que se ha acogido a la eutanasia, pero ha sido gente con dinero. Es triste que los seres humanos seamos discriminados según el dinero que tengamos.
¿Ramón Sampedro hubiese podido acceder a una muerte digna con la ley aprobada el jueves?
Él habría luchado para entrar. Si ahora mismo estuviese Ramón aquí y no le sirviese esta ley, habría peleado igual. La gente que pide morir tranquilamente no tiene por qué seguir viviendo porque a otro le dé la gana, hay que respetar la libertad de cada individuo. Es algo que se basa en la educación y en el respeto. Hay mucha gente que sufre y que no quiere vivir así.
Los médicos tendrán derecho a ejercer la objeción de conciencia ¿Teme que haya muchos que se nieguen a ayudar a los solicitantes de eutanasia?
Tiene que haber gente para todo. Lo que pasa es que hay médicos que se creen dioses, y lo que no pueden hacer es ofrecer milagros. Hay profesionales que saben que no puede haber más de lo que hay, pero otros engañan a los pacientes con expectativas irreales sobre sus enfermedades.
¿Han llegado a comprender en su entorno y sus vecinos que ayudar a Ramón Sampedro a morir fue un acto de amor hacia él?
No sé si han llegado a comprenderlo todos. Pero por lo poco que me cuentan, yo creo que sí. Lo que pasa es que mucha gente está confundida, y cree que el amor solo es acostarse con alguien.
Ha tenido siempre una gran visibilidad social como activista a favor de una muerte digna ¿Le ha supuesto esto trabas en su vida laboral o personal?
He tenido mis bajones. Puede ser, pero no lo sé. La verdad es que desde entonces nunca tuve un trabajo fijo, pero tampoco me ha pasado a mí sola.
¿Participó en alguna asociación a favor de la muerte digna?
No creo en las asociaciones. Quizás al principio sí que creen en unos ideales y luchan por ellos, pero al final... El dinero lo fastidia todo. Con el tiempo vas descubriendo la trampa y la falsedad. Cuando me piden un euro para ayudar a una familia, sospecho que a esa familia solo le llegan unos céntimos.
¿Frenó la postura de la Iglesia a los políticos dispuestos a regular la eutanasia?
Ayudó mucho a que no se legislase antes, porque la Iglesia tiene mucho poder.
¿Intentaron en algún momento los sacerdotes de Barbanza acercarse a usted para explicarle su punto de vista y hacer que usted cambiase de opinión?
Me llevo bien con algunos de ellos, y siempre les dije que como vecinos y como amigos lo que quisieran, pero nunca quisieron hacerme comulgar a la fuerza.
¿Qué le pareció ‘Mar adentro’?
La película reflejó la lucha de Ramón tal y como su familia quiso. Contó la verdad que le había contado la familia, porque yo en ese momento no podía. Le hice mucha publicidad a "Mar adentro", pero la parte que me correspondía a mí era ficción. La actriz, Lola Dueñas no representaba a la Ramona real. Aquel personaje era muy sumiso, y quienes me conocen saben que no soy así.
¿Pero ayudó la película de Amenábar a visibilizar en España la lucha a favor de la muerte digna?
Eso sí. Es una película que tuvo mucho éxito en su día y que ganó muchos premios.
