La pescadería de que dispone la Confraría de Pescadores San Martiño, asentada en el edificio de la lonja de contratación de pescados y mariscos de O Grove, se ha convertido en una especie de “faro de esperanza” en la villa meca.
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Funciona a un ritmo más que aceptable –incluso en plena pandemia– y, en cierto modo, podría decirse que es uno de los negocios que mejor está capeando el temporal, a pesar de que se hace notar, también en este caso, la ausencia de turistas en la localidad.
Esto hace que al atardecer, cuando casi todo está cerrado en la villa –claramente lastrada por las limitaciones de movilidad y en el sector hostelero– este punto de venta directa del pósito mantenga un ritmo alto. También cuando el temporal hace que los productos escaseen en la rula, como sucedió en los últimos días.
Variedad
Centollo, choco, solla, calamar, marajota, congrio, almeja y un largo etcétera de productos conforman el mostrador de esta pescadería que se puso en marcha para dar salida a los productos que no siempre se venden en la lonja, de ahí que se garantice su frescura en todo momento.
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Al hilo de esto, puede destacarse que ayer se subastaron 476 kilos de centollo, a un máximo de 19 euros, y 125 de choco, a casi doce euros el kilo.
También se comercializaron 30 kilos de buey, 45 de pescadilla, 46 de pulpo –a un máximo de 10 euros– y 98 kilogramos de jurel.