El salir a pasear, correr o andar en bicicleta se ha convertido en toda una encrucijada para los muchos aficionados a hacer de la naturaleza su aliciente para hacer deporte. Los cierres perimetrales derivados de la actual situación sanitaria han supuesto que muchos de los lugares habituales para la oxigenación y la tranquilidad se hayan convertido en cotos de incumplimiento de la obligada responsabilidad.
Incluso en lo que respecta al paso de peregrinos en un año Xacobeo, la influencia de las restricciones está siendo máxima. Tanto es así que los albergues de Vilanova y Meis se encuentran cerrados por falta de actividad, aunque en ambos casos recuerdan que los teléfonos están operativos para cualquier contingencia.
Otros lugares que cada fin de semana se llenan de deportistas y caminantes también han visto limitado su tráfico. Es el caso de los montes de Xiabre y Lobeira, en ambos casos con zonas pertenecientes a concellos en estado de máxima restricción. Coronar los altos de Meda o Lobeira puede suponer una sanción de hasta 600 euros en función del lugar de procedencia.
Estos escenarios, habituales para ciclistas de montaña de diferentes lugares, se han convertido en terreno abonado para las multas. El único salvoconducto para poder ejercitarse entre concellos es la licencia federativa y la justificación de estar preparando alguna competición calendada.
Además, las habituales salidas en grupo también han quedado reducidas a la mínima expresión. Grupos de cuatro no convivientes máximo son los que pueden circular sobre la misma ruta, ya sea caminando, corriendo o en bicicleta.
También la Vía Verde ha supuesto más de un disgusto. Varios han sido los controles policiales en la zona de paso de Vilagarcía a Caldas, por lo que han sido muchos los que se han visto obligados a limitar y variar sus recorridos saludables.
