El de Beiramar parece ahora aquel “bulevar de los sueños rotos” al que cantaba Joaquín Sabina.

Se trata de una de las zonas más conocidas y concurridas de O Grove, ya que corresponde a la fachada litoral del centro urbano. A causa del confinamiento y demás restricciones, no queda más que una desangelada acera.

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O Grove, ante el invierno más duro que podía imaginar Manuel Méndez