De poco han valido las advertencias del inicio de las obras de pavimentación del vial portuario denominado Rivero de Aguilar, la señalización de desvío de camiones por la circunvalación norte, ni la coordinación con la Policía Local para agilizar el tráfico rodado en arterias tan importantes para Vilagarcía como son la avenida de Rosalía de Castro y Juan Carlos I. Las retenciones de tráfico fueron una constante durante las dos jornadas en que se llevó a cabo el asfaltado a cargo de la Autoridad Portuaria, titular del vial afectado.

En la segunda jornada de las obras se reprodujeron las largas caravanas de vehículos que circulaban de forma muy lenta por el centro vilagarciano. La Policía Local optó por apagar los semáforos o dejarlos en ámbar, colocándose en los cruces con mayor afluencia de peatones para conseguir agilizar el paso de los coches.

La actuación de asfaltado se justificaba porque Rivero de Aguilar es un vial que recibe mucho tráfico durante todo el año, ya que es el nexo principal para los vehículos que proceden de Carril y se dirigen a Vilaxoán y resto de la comarca, y viceversa. El pavimento estaba en mal estado, por lo que se contrataron las obras y se buscaron las dos jornadas menos conflictivas para llevarlas a cabo.