En 2011 se instalaba en el Museo de la Pesca y la Salazón de Punta Moreiras el pesquero "Platuxa", que la asociación Amigos da Dorna de Portonovo había cedido al Concello de O Grove para que lo expusiera en ese espacio como homenaje permanente a la tradición marinera y pescadora de la localidad meca.

El año pasado FARO DE VIGO alertó de su deterioro e incidió en la necesidad de una restauración urgente. Ahora, apenas una década después de su llegada, el barco que presidía la entrada al museo ha desaparecido y ha sido desguazado.

Parece que estaba totalmente podrido y que apenas pudieron salvarse el timón, el radar y pocos elementos más, ahora guardados en un almacén a la espera de ser restaurados.

Dicen en el Concello que ya había llegado a O Grove en pésimas condiciones y que el lavado de cara que se le aplicó no pudo evitar que el paso del tiempo hiciera estragos en la nave.

"No podía mantenerse expuesto porque había gente que se subía para hacerse fotos y era un peligro porque estaba completamente roto, a punto de colapsar por completo, de ahí que se decidiera desguazarlo".

La idea inicial, cuando llegó a O Grove, era hacerlo visible, "pero aquello resultó del todo imposible", y lo que se baraja ahora es colocar otro barco en su sitio, pero de piedra, quizás aprovechando el Simposium Internacional de Escultura al Aire Libre de la Festa do Marisco.

Solo un cartel que habla de las características de los barco y la pesca de bajura queda ahora en el lugar como recuerdo de aquel regalo de 18 toneladas elegido como tarjeta de presentación de la de cultura marítima tradicional.

Construido en 1976, en Portonovo

Un barco construido en Portonovo en el año 1976 que durante su vida útil se dedicó a la pesca artesanal, especialmente en aguas de Ons. Había sido cedido al Concello siendo alcalde el socialista José Cacabelos con la intención de que pasara a formar parte de lo que entonces se conocía como Centro de Interpretación de la Pesca y la Salazón (CIPES).

El entonces concejal de Cultura, el nacionalista Antón Mascato, acompañado de Dionisio Pereira, en representación del Colectivo Etnográfico Mascato y asesor científico del espacio museístico de Moreiras, habían convencido a Amigos da Dorna de Portonovo con un proyecto de preservación del "Platuxa" que contemplaba su conversión en un aula flotante que sirviera de refuerzo y soporte a los contenidos que ofrecía el museo.

Como se explicó en su momento, el contrato de cesión contemplaba traspasar el 100% de la propiedad del "Platuxa" al Concello de O Grove y los dueños de la nave se reservaban el derecho a reclamar la titularidad del barco en caso de que el museo pasara a ser gestionado y explotado por una empresa privada.

Unos meses después de la llegada del barco a aguas mecas, cuando el gobierno local ya estaba en manos del conservador Miguel Pérez, se supo que lo del aula flotante iba a ser del todo inviable porque la nave estaba a punto de hundirse y de desaparecer para siempre, debido a su deterioro y la gran cantidad de agua que empezaba a acumular en su interior.

Lo que se hizo fue una intervención de urgencia para salvar la nave y, de la mano del exconcejal Alexandre Aguín, colocarla en tierra firme como adorno, a las puertas del Museo de la Salazón. El lugar de donde ahora ha desaparecido.