La joven grovense Lisett Álvarez saltó a la escena pública cuando, a través de FARO DE VGO, contó las dificultades en las que se encontraba en Australia a raíz de la aparición de la pandemia por coronavirus. Llevaba meses en el país de los canguros y los ornitorrincos, donde estudiaba y trabajaba, pero quedó "atrapada" allí cuando se declaró el confinamiento y se vio incapaz de encontrar un vuelo de regreso a casa que le ofreciera garantías. Finalmente consiguió volar en el avión fletado por el Gobierno de España que despegó desde Sídney el pasado 30 de abril. Poco más de un mes después, reflexiona sobre lo sucedido y, sobre todo, ya piensa en el regreso a su paraíso particular, pues su intención, si el Covid-19 no lo impide, es volver a tierras australianas en noviembre.

-Ya más tranquila, en casa de su padre, en O Grove, ¿cómo recuerda aquella experiencia vivida en Australia y las dificultades que se encontró para volver con los suyos?

-Ha sido toda una experiencia, créame. He de confesar que la primera semana y media estuve lidiando con los síntomas de un jet lag que me taladraba la cabeza. Todo fue tan deprisa y acelerado que apenas me dio tiempo de asimilar todo lo que pasaba a mi alrededor. Durante los primeros días me despertaba preguntándome dónde estaba. Lo cierto es que toda la situación del Covid-19 cambió totalmente mis planes y sentía que estaba enfadada con el mundo. ¡No terminaba de aceptar la situación! Gracias al tiempo que he pasado en soledad y a las charlas con amigos, me di cuenta de que esa actitud no era la correcta. Esta es una de las grandes lecciones que he aprendido en este proceso. Existen circunstancias que no está a mi alcance controlar y de nada sirve sufrir o victimizarme, ya que lejos de ayudarme mi actitud me frena.

-Habla de sensaciones y sentimientos... ¿Qué sintió al reencontrarse con su "terriña" meca?

-He vuelto a disfrutar mimetizándome con esta maravillosa naturaleza grovense y gallega. He vuelto a caminar descalza por las piedras de la playa y he podido bañarme en estas aguas tan cristalinas y heladas que caracterizan al mar Atlántico. Además de esconderme entre los helechos, que en esta época del año crecen altos y densos, y de sentir el cosquilleo de las hormigas entre los dedos de los pies... Son muchas sensaciones y momentos positivos, sobre todo el de volver a sentir el calor y cariño de mis amigos y familia.

-Pero además de recuperar recuerdos y vivencias rodeada de los suyos también consolida usted un proyecto en las redes sociales que ya había desarrollado durante su estancia en Australia. Es un trabajo que encierra para usted propiedades curativas, casi milagrosas...

-(Risas) Así es. El proyecto se llama "My Free Mind Studio", como así se llaman todas mis redes sociales. Lo utilizo para contar mi día a día y mis experiencias de un modo directo y personal. Hace unos años estuve sumida en un auténtico caos. La ansiedad y la anorexia formaron parte de mi vida más tiempo del que hubiese querido. Poco a poco, hace un tiempo, comencé a salir de esa espiral y he llegado a hacer cosas que nunca antes me plantearía, como por ejemplo ese viaje a Australia. Hoy por hoy me siento agradecida de esta vida increíble, de todo lo que me rodea y de cuanto me ha hecho aprender cada experiencia. Siempre he tenido una conexión muy especial con la naturaleza, siento que me sana, me calma y me hace volver a mi estado natural, ayudándome a superar barreras y perjuicios y haciendo que en mi mente solo quede lo más esencial. He pasado por miles de procesos, y más que me quedan por pasar... Me encanta compartirlos de esta forma tan llena de magia y naturaleza, porque eso es lo que es la vida para mi. Y se lo debo, también, a Kris, de "@capturing.sensations", que es parte esencial de este proyecto, ya que ella edita los vídeos de YouTube de "My free mind studio" y es la autora de muchas de las fotos que publico en mi instagram (@myfreemindstudio). A través de estas dos plataformas cuidamos cada detalle para poder transmitir al espectador como se ve la vida a través de mis ojos. Ella me orientó cuando me sentí tan perdida en mi pasado.