-Parece que ya está usted deseando volver a Australia... ¿Qué es lo que más la marcó o sorprendió durante su estancia en aquel país?

-Sobra decir que la naturaleza y los paisajes son increíbles y la sensación de libertad es abrumadora. Pero me gustaría ir un poco más allá y hacer una reflexión sobre lo no tan bueno. Como muchas personas saben, y así lo conté a través de FARO DE VIGO y en mis canales sociales, me quedé ilegal en el país por unos días, ya que mis vuelos estaban cancelados y no había manera de ampliar mi visado. Esa toma de contacto con una circunstancia que vemos a diario en la televisión, pero desde el otro lado, sin duda te hace entender qué es lo que se siente cuando no tienes ningún derecho en el lugar donde estás. Por otro lado, puedo decir que, generalmente, he tenido muy buen trato con los australianos pero si que es cierto que hubo un par de excepciones en las que noté discriminación por ser española o latina. De nuevo esto me llevó a ver la otra cara de la moneda, pues pertenezco a un país en el que, en ocasiones, se hace lo mismo con los extranjeros. Sin duda fue un baño de humildad que te hace tomar conciencia de la realidad porque te hace abrir los ojos ante lo que está ocurriendo en el lugar de donde vienes.