Xesús Rodríguez Castro está muy molesto con la actitud del PSOE de Meis, que gobierna el Ayuntamiento. Alega que en 2019 presentaron la misma alegación a los presupuestos, y que entonces salió rechazada porque el PP tenía la mayoría absoluta, pero que los socialistas votaron a favor de la propuesta de Umia Vivo. Este año, sin embargo, el PSOE cambió su voto de sentido.

En realidad, votaron en contra de la alegación las tres fuerzas de la corporación (PSOE, PP y BNG), y la interventora municipal indicó en su informe que las causas esgrimidas por Umia Vivo para tumbar las cuentas no figuran en la relación de motivos que la ley recoge para paralizar unas cuentas.

Para Xesús Rodríguez Castro, es un ejemplo de "falta de interés de la clase política hacia el patrimonio... Condenando a la ocultación y el olvido el patrimonio milenario en un concello con una importante afluencia turística".

La alcaldesa, Marta Giráldez, lo ve de un modo completamente diferente. Incluso acusa a Umia Vivo de actuar con mala fe, pues según ella presentaron la impugnación a los presupuestos cuando el Concello ya había quedado de reunirse con ellos a la semana siguiente.

Giráldez considera que esa forma de actuar fue desleal, más teniendo en cuenta que una impugnación a las cuentas es un asunto que perjudica seriamente a la administración, pues puede llegar a retrasar un mes o más la aprobación del presupuesto, y obliga a elaborar más informes de Intervención.

Además, Marta Giráldez señala que si bien Meis no tiene una partida específica para Outeiro do Cribo, sí cuenta con una genérica en la que hay dinero suficiente para hacer frente a actuaciones como las que reclama Umia Vivo. "Ellos estuvieron en el pleno. El concejal habló con ellos y nos dio la impresión de que nuestras explicaciones les habían parecido bien", manifestó Giráldez.

Pero para Xesús Rodríguez las partidas genéricas son papel mojado. "Algunos concellos se justifican de ese modo para rechazar nuestras alegaciones, pero el problema es que después no hacen nada".

Su crítica es extensible a la Xunta. Según las cifras del presidente del colectivo la administración autonómica invierte de media solo ocho euros al año en cada petroglifo gallego.