Vecinos y servicios de emergencias confirman el fallecimiento de un septuagenario residente en Catoira al que durante los dos últimos meses se había dado por muerto en, al menos, un par de ocasiones.

Se trata de un hombre que residía solo en una vivienda de la calle Estación y que, como explicó FARO DE VIGO en su momento, faltó a un par citas médicas en las que iban a administrarle un anticoagulante; lo que popularmente se conoce como Sintrom.

Aquellas ausencias en el centro de salud hicieron que efectivos de Protección Civil, 061 y Guardia Civil acudieran a su vivienda, ante el temor a que estuviera muerto. Accedieron a la misma, con una autorización judicial en la mano, para interesarse por el estado de salud del septuagenario, encontrándolo plácidamente dormido.

Eso es lo que ocurrió en las ocasiones anteriores, porque lo sucedido el viernes pasado, a eso de las 14.30 horas, fue muy diferente. Se repitió la escena, pero esta vez quienes fueron a buscarlo a su casa para saber cómo se encontraba solo pudieron confirmar la peor de las noticias: El septuagenario había fallecido.

Tras ser encontrado, su cuerpo sin vida fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, en la ciudad de Pontevedra, donde se le practicó la autopsia. Instruye diligencias el juzgado de primera instancia e instrucción de Vilagarcía, aunque inicialmente todo apunta a que la muerte le sobrevino por causas naturales.

Puede recordarse que el pasado 22 de noviembre efectivos de la Guardia Civil, Bomberos, el desaparecido Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de Valga, 061 y Protección Civil de Catoira protagonizaron un espectacular operativo de rescate a las puertas del domicilio del septuagenario, ya que se creía que podía estar muerto.

Como se explicó entonces, aquel hombre que vivía de alquiler en el municipio vikingo se había visto implicado un día antes en un accidente de circulación ocurrido en la parroquia catoirense de Abalo.

No contestaba

Dado que aquella mañana no acudió a las citas médicas que tenía concertadas para recibir el Sintrom se creyó que quizás habría sufrido algún tipo de dolencia o indisposición durante la noche, como consecuencia del accidente de tráfico, de ahí que se pusiera en marcha el protocolo de actuación correspondiente, desplazándose la Guardia Civil y demás efectivos de emergencias a su vivienda.

No contestaba, no abría la puerta y tampoco respondía al teléfono, por lo que se forzó la entrada para que los equipos de emergencias pudieran acceder al interior de la vivienda.

Tumbado en cama

Una vez dentro constataron que el septuagenario estaba tumbado en su cama y dormía plácidamente, sin enterarse del revuelo que se había montado en el exterior de su casa, donde se habían dado cita también decenas de vecinos.

Parece que, como se indicaba anteriormente, desde entonces fue preciso repetir la operación en otra ocasión, con idéntico resultado, antes de llegar al desenlace del viernes pasado, cuando, esta vez sí, el hombre fue hallado muerto.