A pesar de contar con un plan de recuperación desde mayo de 2013 -cuando se puso en marcha también el del chorlitejo patinegro-, el escribano palustre ( Emberiza schoeniclus lusitanica) sigue siendo una especie a punto de extinguirse en Galicia, donde se estima que apenas quedan veinte parejas. Así lo destaca la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), que en base al último censo señala que en los cañaverales del río Ulla quedan "una o dos parejas" en las Brañas de Laíño (Dodro), puesto que en las de Valga ya no habría ninguna.