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Quema de restos forestales. // FdV

El campo elimina los restos agrícolas que amontonó en verano y se dispone a la poda

Agricultores y viticultores se deshacen de los rastrojos acumulados y preparan sus fincas para el invierno -Llega el momento de actuar sobre viñedos y plantaciones de frutales

Los incendios empiezan a proliferar en la comarca. Pero se trata de fuegos supuestamente controlados y autorizados, prendidos por las gentes del campo para eliminar los rastrojos y restos agrícolas acumulados en las fincas durante todo el verano, prácticamente desde la primavera hasta hace apenas unas semanas.

En la temporada de calor está prohibido realizar este tipo de hogueras, para reducir el riesgo de incendios forestales, por lo que es ahora cuando toca desprenderse de toda esa madera amontonada en la huerta, pensando ya en la siguiente temporada.

Y es que cuando la viña y los árboles frutales "duermen", cuando con el otoño y el invierno las ramas se quedan sin hojas, llega el momento de podar, realizar injertos y afrontar otras muchas operaciones fundamentales para la tierra y sus plantas.

De ahí que antes de acumular más madera los agricultores y viticultores quieran tener sus propiedades a punto, aprovechando estas jornadas en las que ya pueden realizarse las quemas controladas de rastrojos y las condiciones meteorológicas aún permiten trabajar cómodamente en el campo.

Así pues, antes de amontonar los restos de esas podas no está de más hacer sitio eliminando aquellos que se habían acumulado hasta ahora, y esto hace preciso solicitar el correspondiente permiso de quema a los servicios de la Xunta encargados de la prevención y defensa frente a los incendios forestales, donde además de brindan información sobre las ayudas para paliar los daños causados por los incendios forestales, recogen avisos por la presencia de avispa velutina y facilitan otras muchas gestiones vinculadas a la agricultura y la ganadería.

Como ya sabrán aquellos que solicitan esos permisos por vía telefónica, ya que con cada autorización se les informa de ello, es preciso adoptar una serie de medidas preventivas para la realización de esas hogueras, por muy pequeñas o inofensivas que puedan parecer.

A modo de ejemplo, resulta de obligatorio cumplimiento iniciar las quemas de restos agrícolas apilados o restos forestales después de que salga el sol, al tiempo que deben quedar completamente extinguidas dos horas antes de su puesta.

Del igual manera, "previamente a su inicio se hará un cortafuegos mediante la eliminación manual o mecánica de la totalidad del material combustible en una franja de por lo menos cinco metros de largo rodeando el perímetro que se va a quemar".

Es igual de importante tener presente que no podrá iniciarse la quema, aunque esté previamente autorizada, cuando las condiciones meteorológicas puedan dificultar su control, especialmente en días de viento. Incluso si éste aparece cuando la quema está iniciada ésta debe suspenderse inmediatamente.

Desde la Consellería de Medio Rural advierten, de igual modo, de que "no puede abandonarse la vigilancia de la zona quemada hasta que el fuego esté totalmente apagado y transcurran dos horas sin que se observen llamas o brasas".

Otro aspecto a valorar antes de emprender este tipo de acciones es que "en toda quema autorizada se deberá contar con el personal y el material suficiente para su debido control".

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