Las naves de Alfageme de Vilaxoán y Ribadumia se incluyen en el plan de ventas de Xestur

Las viejas fábricas de Alfageme en Vilaxoán (Vilagarcía) y Ribadumia, que llevan cerradas más de un lustro, podrían recuperar la actividad industrial si prospera la encomienda de enajenación que ha realizado el Igape (Instituto de Promoción Económica), titular de las mismas por ejecución de un aval al cerrar el grupo conservero. La empresa pública Xestión do Solo de Galicia-Xestur SA será la encargada de llevar a cabo el proceso de subasta de estas dos propiedades que en la actualidad se encuentran en estado de abandono, registrando un deterioro progresivo.

La iniciativa, aprobada este año tiene como plazo de ejecución hasta el 31 de diciembre de 2019, aunque se podrá prorrogar en caso de que persista la necesidad de la encomienda.

Tras entrar en concurso de acreedores el grupo conservero Afageme, y posteriormente en liquidación, el Igape hizo valer su aval para quedarse con los dos inmuebles como compensación económica.

Poco después de hacerse con las naves, un grupo conservero cántabro interesado en expandir su actividad hacia Galicia, presentó una propuesta de compra por un valor simbólico que incluía las 150 personas de la plantilla de las dos fábricas, así como un compromiso de ampliación de personal en varios ejercicios económicos, vinculándolo así a un plan de recuperación de la actividad industrial.

Esta propuesta llevó a la Administración autonómica a convocar un concurso para dar igualdad de oportunidades, a la vez que se exigían unas garantías. Finalmente el concurso quedó desierto porque ninguna de las ofertas cumplió las condiciones estipuladas.

El proceso de liquidación de Alfageme continuó y la plantilla se quedó en la calle, en tanto que las fábricas, que habían pasado a titularidad del Igape, permanecían sin actividad.

Desde entonces las fábricas quedaron en un total estado de abandono, sin vigilancia, lo que provocó la visita al interior de los recintos de numerosos cacos. Los amigos de lo ajeno fueron desmantelando de a poco las instalaciones. Incluso llegaron a sustraer maquinaria que había sido vendida en subasta judicial a otros empresarios.

Pero el caso más grave ocurrió en octubre de 2013 cuando unos ladrones penetraron en la fábrica abandonada de Vilaxoán y, con el afán de hacerse con cualquier cosa que tuviera algo de valor, retiraron una pieza de cobre de uno de los depósitos de combustible de la nave. Posiblemente creyeron que, al estar la fábrica inactiva, estos contenedores se encontrarían vacíos.

La mayor de las sorpresas se la llevaron los mariscadores de Vilaxoán cuando observaron una importante mancha de fuel en el mar. Se comprobó que el combustible procedía de los depósitos de la fábrica abandonada que habían quedado sin su válvula de cierre. Una empresa especializada tuvo que proceder al trasvase del fuel que aún quedaba en los recipientes, mientras se procedía a la limpieza de la mancha contaminante en el mar.

Tras este incidente se tapiaron las instalaciones de la vieja fábrica conservera ubicada a pie de playa en la zona de punta Preguntoiro. Pero tanto la nave vilaxoanesa, como la de Ribadumia quedaron sin ningún tipo de vigilancia, por lo que resulta un atractivo para los cacos. De hecho, los cierres de ambos inmuebles están totalmente deteriorados y los accesos han vuelto a ser forzados.